por Andrés Cantante*
Con sus últimas acciones, Jair Bolsonaro cruzó una especie de línea roja. Ante esto, la gente decidió decir: ¡basta! Y no se trataba solo de personas que ya estaban en el campo de la oposición.
Las consecuencias políticas
La primera consecuencia política de la pandemia del coronavirus se deriva de su impacto en la economía. La expansión del virus provocó indirectamente una importante caída en el precio del petróleo, lo que, a su vez, provocó una caída generalizada de las cotizaciones bursátiles en las bolsas de todo el mundo, movimiento que se ha repetido en medio de fuertes fluctuaciones. En este escenario, las monedas de casi todos los países se devaluaron frente al dólar estadounidense.
En realidad, la situación de la economía mundial ya no era buena, no constituía una sólida barrera de contención para la recesión que, todo indica, provocará la pandemia del coronovirus. Brasil, por su parte, no podrá escapar a las consecuencias de esta recesión mundial. La economía brasileña tampoco iba bien. El resultado del crecimiento del PIB de 2019, 1,1%, mostró que la economía brasileña se está estancando en un nivel bajo, con altas tasas de desempleo.
Ante este escenario económico anunciado que evidentemente tiene un impacto directo en la política, la reacción del gobierno de Jair Bolsonaro demuestra cierta confusión. En un primer momento, el presidente, aún en EE.UU., hizo unas declaraciones diciendo que la epidemia no era importante. Al mismo tiempo, aquí en Brasil, su ministro de Economía, Paulo Guedes, presionaba al Congreso para que aprobara 19 medidas que están estancadas en la legislatura. El solo número, 19, sin embargo, ya indica que no está muy claro qué pretende realmente hacer el gobierno para enfrentar las consecuencias económicas de la pandemia.
La otra consecuencia política de la pandemia es el manejo del tema de salud pública. El problema sanitario requerirá de un gran esfuerzo concentrado, organizado y también de inversiones del Estado nacional.
Después de las ollas
Teniendo en cuenta todas las precauciones que se deben tomar, creo que la situación ha cambiado con las ollas. Ha cambiado no en el sentido de que algo sucederá de la noche a la mañana o que cambiará de agua a vino, sino que algo nuevo comienza a suceder. La primera olla, el martes 17 de marzo, fue una manifestación espontánea, no convocada por movimientos organizados, una manifestación que se extendió por todo el país y una manifestación que se desarrolló, sobre todo, en barrios de clase media. No está de más recordar que estos barrios de clase media fueron lugares donde Bolsonaro obtuvo grandes apoyos y votos en las elecciones de 2018.
Estamos, por lo tanto, frente a un cambio importante en el sentimiento. Atribuyo este cambio a las actitudes adoptadas por el presidente Jair Bolsonaro en los días previos a las ollas y sartenes, en particular su decisión de asistir a una manifestación en Brasilia el 15 de marzo. Era una manifestación contra el Congreso Nacional y contra el STF. No pudo apoyar, y mucho menos participar, en esa manifestación, porque la Constitución exige que el presidente no obstaculice el libre ejercicio de poderes paralelos al ejecutivo.
Además, irrespetó abiertamente los lineamientos de su Ministro de Salud, creando un contraste brutal entre los lineamientos médicos ante una gravísima pandemia y la actuación del propio Presidente de la República. En ese momento, Jair Bolsonaro cruzó una especie de línea roja. Ante esto, la gente decidió decir: ¡basta! Y no se trataba solo de personas que ya estaban en el campo de la oposición.
No es posible predecir lo que sucederá. Todo indica, sin embargo, que aunque no se trate de una transformación radical, la situación ha comenzado a cambiar. La sociedad comenzó a movilizarse. La sociedad no puede hacer todo, hay que observar cómo reaccionarán los actores políticos, cómo reaccionarán las instituciones, pero a pesar de eso, la sociedad puede hacer mucho.
*andré cantante es profesor de ciencia política en la USP.
Artículo establecido a partir de entrevistas concedidas a Gustavo Xavier en la radio de la USP