El propósito del trabajo.

Fotograma de "Lo siento, te extrañamos"/ Divulgación
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por SILVANIO ORTIZ*

El impacto del neoliberalismo en la subjetividad de los trabajadores, a través de la lente de Ken Loach

1.

“Todo lo que era sólido y estable se disuelve en el aire, todo lo que era sagrado es profanado y los hombres finalmente se ven obligados a afrontar sin ilusiones su posición social y sus relaciones con los demás hombres”. (Marx y Engels. Manifiesto del Partido Comunista).

Las condiciones de las relaciones laborales, mediadas y formalizadas por la ley, que es la organizadora y facilitadora del mantenimiento de las relaciones de producción vigentes en una determinada formación social, son índices importantes sobre la situación económico-política. Es posible entender mucho sobre el espíritu de una época cuando analizamos las condiciones de las relaciones laborales en aquella época.

En la película Lo siento, te extrañamos (2019) de Ken Loach, conocido director de obras que ahondan en temas sociales candentes, ha retratado el panorama del avance del neoliberalismo (posfordismo) en paulatina implantación en el Reino Unido desde los años 1980, con especial atención a la Los efectos de esto en la degeneración de las políticas de bienestar social, que surgieron en el período posterior a la Segunda Guerra Mundial. La socialdemocracia de la época, con sus toques humanistas, fue también una forma de contrapunto occidental al socialismo en desarrollo, especialmente en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). Se trataba, pues, de otro frente en la creciente disputa ideológica que desencadenó los acontecimientos del período de la Guerra Fría.

En la obra del cineasta británico tenemos una imagen del desenfreno del actual modo de producción neoliberal. Arrojando luz sobre lo que a veces no notamos, como sucede de forma continua y gradual, la película impacta al centrarse en el contexto de degradación de una familia, colapsada en sus afectos, debido a la materialidad de su condición económica.

La verosimilitud allí presente provoca malestar por el reconocimiento que genera en quienes terminan reconociéndose en los constantes abusos perpetrados al amparo de los derechos, en la reproducción de la sociabilidad. Garantizar que esta relación se establezca y que lo que queda oculto por el automatismo de su reproducción se vea abiertamente puede ser un papel del arte, cuando se basa firmemente en la crítica social.

La crítica al sujeto de derecho, como máximo organizador de las relaciones sociales bajo el capitalismo, se remonta al fenómeno de la contractualización liberal, donde se fundamenta la idea de la existencia de una igualdad subjetiva entre los sujetos, basada en la libertad contractual. Sin embargo, su garantismo formal nunca logró atribuir un contenido de igualdad material a esta subjetividad liberal.

Incluso en momentos de estabilidad económica, una suposición burda para mantener la estabilidad político-social bajo el capitalismo, la discrepancia en las condiciones económico-sociales que enfrentan quienes poseen o no capital es clara. Y el equilibrio jurídico, debido a su construcción estructural, tiende a inclinarse en la misma dirección la mayor parte del tiempo.

En esta formación social, donde ganan terreno las relaciones socioproductivas del capitalismo neoliberal, se produce un debilitamiento de las políticas públicas y, por extensión, del propio Estado. Y en su lugar, en este movimiento liberal reaccionario –dicotomía en el enfoque de las cuestiones aduaneras y económicas– el mercado es elevado a la categoría de mediador último de estas relaciones. Y, dado que se rebaja la legislación protectora, la dignidad tiende a pasar por alto todas las relaciones sociales.

La estructura de la sociedad capitalista está preparada para la producción imparable de valor. Y la relación que entrega ese producto deseado es la que se deriva de la venta de mercancías que cada uno tiene, de forma innata, para participar en el mercado ante la ley. La fuerza de trabajo es la mercancía que produce, de manera germinal, el (mayor) valor. Por lo tanto, con el declive de la orientación estatal para la protección de la parte más débil –en tanto descapitalizada– de esta relación de producción, la explotación máxima e intransigente es la regla concreta que prevalece.

Después de todo, bajo la etapa neoliberal del capitalismo, el trabajador es un proveedor de servicios gratuito, que contrata en igualdad de condiciones con pequeñas empresas o megacorporaciones transnacionales.

2.

En el contexto brasileño esto no es diferente. Las constantes reformas que deforman la legislación laboral, en contraste con la inmutabilidad de los instrumentos que codifican las relaciones civiles, son signos claros del deterioro de las actuales condiciones sociales de los trabajadores. Institutos como la Ley 13.874/19, de libertad económica y, sobre todo, la ley 13.467/2017, de reforma laboral, están diseñados e implementados para incentivar el llamado emprendimiento –casi siempre por sí solo, desregulando las relaciones laborales.

Sin embargo, son pocas las discusiones realizadas para garantizar condiciones dignas a los trabajadores y, menos aún, a quienes están fuera de la protección que brinda la CLT. La defensa de su normatividad es incluso considerada anacrónica por algunos analistas, pues su implementación se produjo en pleno apogeo del proyecto de industrialización de la Era Vargas, aún amalgamado con el ideal de bienestar social entonces pujante.

Esta paulatina desconstitución de los derechos laborales ganó un nuevo capítulo con la reciente presentación del Proyecto de Ley Complementaria nº 12/24, para la regulación de la actividad de los conductores a través de aplicaciones. En el PL presentado por el gobierno se ha replicado el contenido propuesto por los representantes de la plataforma. Lo que, por tanto, acaba dando visto bueno legal a las condiciones precarias de estos trabajadores, que son, así, inmediatamente reconocidos como trabajadores por cuenta propia, abriendo espacio para una creciente plataformatización del trabajo.

Porque, una vez reconocida la inexistencia de una relación laboral entre conductor y plataforma, lo que queda es una relación de intermediación, que no soporta la subordinación concreta del trabajador a la plataforma. Y esto constituye un paso más en el camino trazado hacia el vaciamiento del Tribunal Laboral. Este descaro en el carácter laboral de tales relaciones termina por sacar de su jurisdicción conflictos de evidente carácter laboral.

No es de extrañar que, con la inseguridad que generan las relaciones laborales cada día más inestables y salvajes, las enfermedades emocionales sean el mal que azota nuestro tiempo, un tiempo absolutamente líquido, con viajes sin principio ni fin. Este sujeto acelerado, progresivamente individualizado, casi convertido en un completo autómata, deja de ver sentido en los vínculos que lo configuran como ser social. Y sin un horizonte de cambio, no se da cuenta del absurdo de tener la vida centrada en relaciones sociales mediadas por la forma mercancía (forma matriz) y sus derivaciones.

Estas relaciones luego son asimiladas y reproducidas como la realidad de la vida, lo que termina cumpliendo el estúpido mantra neoliberal de que la sociedad es una ficción. Lo que surge concretamente es el individuo y éste sufre los síntomas de una sociedad fantasmal.

Lo que se puede inferir de este análisis es que la verdadera ficción permanece en la creencia de que el ser humano, históricamente entendido como un animal que sólo prosperó como especie debido a su naturaleza social y mutualista, puede vivir -una vida aquí conceptualizada por un hacer-. -existencia guiada por mucho más allá de una concepción de utilidad – en un sistema que tiene como premisa estructurante la competencia depredadora entre los hombres y su concurrente depredación de la naturaleza.

* Silvana Ortiz es estudiante de posgrado de la Facultad de Derecho de la Universidad Federal de Rio Grande do Sul (UFRGS).

Referencias


ANTÚNES, Ricardo. El privilegio de la servidumbre. São Paulo: Boitempo, 2018.

ANTÚNES, Ricardo.Uberización, Trabajo Digital e Industria 4.0. São Paulo: Boitempo, 2020.

FAUSTINO, Deivison. LIPPOLD, Walter. Colonialismo digital. São Paulo: Boitempo, 2023.

FISHER, Marcos. Realismo capitalista. São Paulo: Autonomía literaria, 2020.

KRENAK, Ailton. La vida no es útil. São Paulo: Companhia das Letras, 2020.

MARX, Carlos. El capital: crítica de la economía política. Libro 1. São Paulo: Boitempo, 2013.

LO SIENTO, te extrañamos. Director: Ken Loach. Producción: Sixteen Films, France 2, Canal +, Le Films du Fleuve. Reino Unido. Le Pacte, Entretenimiento Uno 2019. Amazon Prime.


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