por GILBERTO LOPES*
Alemania e Inglaterra expresan el estancamiento y la decadencia del Viejo Continente
“El mandato de Angela Merkel será recordado como el más paradójico y cruel en Alemania y Europa”, dijo el exministro de Economía griego Yanis Varoufakis, el principal opositor al draconiano programa de ajuste que Alemania y la Unión Europea impusieron a Grecia en 2016. Merkel” dominó la política europea como ningún otro líder en tiempos de paz”. Pero, según Varoufakis, lo hizo de una manera que condenó a Alemania y Europa al estancamiento y la decadencia.[i]
La culpa de haber provocado una crisis humanitaria en su país para ocultar el rescate de los banqueros alemanes, cuyas políticas, a su juicio, “rayan en la criminalidad”. La acusa de haber saboteado “todas las oportunidades de unir a los europeos”, de haber conspirado para evitar cualquier transición verde en Alemania o Europa, de “haber trabajado incansablemente para castrar la democracia y evitar la democratización de una Europa irremediablemente antidemocrática”.
No hay duda de que Alemania es más fuerte política y económicamente hoy que cuando Merkel asumió el cargo en 2005, dice Varoufakis. El secreto, dice, está, entre otras cosas, en un superávit comercial, que ha tenido un efecto devastador en otras economías europeas, y en el control del gasto, medidas de austeridad sin precedentes que han afectado principalmente a la clase obrera alemana y europea. Principalmente la griega, que fue sometida a un drástico programa de ajuste a cambio de millonarios recursos que, tras pasar por los bancos griegos, fueron a parar a sus verdaderos destinatarios, principalmente acreedores alemanes y franceses. Varoufakis dice que solo Grecia debía 102 millones de euros a los bancos alemanes que, sin el plan de rescate lanzado por Merkel, se arriesgaban a afrontar las consecuencias radicales de sus inversiones de riesgo.
Sin saber que en realidad estaban pagando los errores de los banqueros franceses y alemanes, los eslavos y los finlandeses, los alemanes y los franceses creían que estaban llevando las cuentas felices de otro país, dice Varoufakis. A los ciudadanos europeos se les vendió la idea de que la crisis era el resultado del derroche de los gobiernos de los países del sur, acostumbrados a gastar más de lo que tenían. Una afirmación que, como han demostrado varios economistas, no tiene sustento. Así, dice Voroufakis, "Merkel sembró las semillas del odio entre los orgullosos pueblos de Europa". Sobre la deuda regional, un grupo de XNUMX economistas europeos publicó en febrero un documento en el que pedían “la cancelación de la deuda pública en poder del Banco Central Europeo (BCE) para que nuestro destino vuelva a nuestras propias manos”[ii].
Vértigo
Ahora que ya no está, el legado de Merkel es tema de debate en Europa, donde se espera con impaciencia la formación del gobierno que la suceda, tras las elecciones alemanas del 26 de septiembre. Europa se enfrenta “al vértigo de la era post-Merkel”, dice Beatriz Navarro, corresponsal en Bruselas del diario La Vanguardia. Navarro atribuye a analistas, diplomáticos y altos cargos de varios países europeos, entrevistados por ella, la expectativa de que su sucesora tenga la visión geoestratégica “que Merkel nunca tuvo”. El reto será “tomar una posición clara frente a los grandes retos geoestratégicos a los que nos enfrentamos: el desprecio de Estados Unidos, el ascenso de China, la disputa constante con la Rusia de Vladimir Putin…”.
Una opinión similar fue expresada en un editorial por el El observador, do The Guardian Londinense: “Merkel, una exitosa creadora de consenso, ha ayudado a mantener unida a la Unión Europea durante las sucesivas crisis financieras, migratorias y pandémicas”. Pero no dejan de señalar que, por otro lado, “es notoria su falta de visión estratégica”. Adam Tooze, director del Instituto Europeo de la Universidad de Columbia, pronostica el final de una era en la que el debate político izquierda-derecha (en Alemania, entre socialdemócratas y demócratas cristianos) ha sido reprimido. Tres de los cuatro gobiernos liderados por Merkel han estado en alianza con los socialdemócratas. Pero eso ya quedó atrás.
No fueron los demócratas cristianos quienes terminaron con la división entre izquierda y derecha en el centro de la política alemana, dice Tooze. Fueron los socialdemócratas del SPD quienes recurrieron al neoliberalismo durante el gobierno de Gerhard Schröder (1998-2005). Junto a su colega británico Tony Blair, crearon la llamada “tercera vía”, la fórmula neoliberal de los socialdemócratas europeos, no muy distinta de las adoptadas en varios países latinoamericanos -entre ellos Costa Rica, México o Chile- por partidos que reivindican una orientación socialdemócrata. “Hay consenso entre los analistas de que Merkel ha obtenido ganancias políticas del mercado laboral y las reformas del estado de bienestar que Schröder y sus socios ecologistas han lanzado para estimular el crecimiento económico y reducir el desempleo. Estas reformas, un paquete de medidas denominado Agenda 2010, perjudicaron a la población más modesta y vulnerable -se crearon los llamados miniempleos, puestos de trabajo con un salario inferior a 450 euros al mes sin apenas cotización- y explican, en buena medida , el milagro económico alemán", dice María Paz López, corresponsal del La Vanguardia en Berlín.
Tooze recuerda que Olaf Scholz fue secretario general del SPD durante el gobierno de Schröder. Blair también reaparece en el laborismo británico, que acaba de celebrar su conferencia en Brighton, defendida por el secretario general, Keir Starmer. La conferencia terminó mal para Starmer, derrotado en su propuesta de cambiar el peso de los votos para elegir la dirección del partido. La idea era volver a un antiguo sistema de votación sectorial que restablecía el peso del voto parlamentario, dificultando la elección de representantes de sectores de izquierda del partido, como el exsecretario general Jeremy Corbin.
nuevo gobierno
En Alemania, por ahora, el sucesor de Merkel parece ser Scholz, el candidato socialdemócrata y ministro de Finanzas en el actual gobierno de coalición, en el que encabezaron el conservador Partido Demócrata Cristiano. La ligera ventaja de su partido (25,7% frente al 24,1% de la coalición CDU-CSU) le da preferencia para la formación de gobierno. Algo que llevará su tiempo (no sería extraño que tuviéramos que esperar hasta fin de año, o más), en el marco de las tradicionales negociaciones para formar gobierno en Alemania. Scholz tiene varias opciones, pero la que parece estar primero sobre la mesa es con los Verdes (14,8%) y los Liberales del FDP (11,5%).
Christian Lindner, presidente del FDP, ha expresado su deseo de hacerse cargo del Ministerio de Finanzas, el cargo actual de Scholz, en la campaña electoral. Prometió no aumentar los impuestos y adoptar una línea dura con la deuda. Según las normas europeas, no debe superar el 60% del PIB de cada nación. Pero incluso antes del Covid-19, algunos no alcanzaban este límite. Hoy, Francia, Italia, España, Bélgica y Portugal tienen déficits superiores al 100% de su PIB. “Si el ministro de Finanzas alemán apoya a los pequeños estados conservadores de la UE que piden volver a una política fiscal ortodoxa, será un desastre para Europa”, advierte Tooze.
Reabrir el debate izquierda-derecha tiene riesgos para la política alemana, agrega. Pero también hay riesgos en pensar que estas diferencias no son reales. "No es exagerado decir que el futuro de Europa está en juego". Mirando la escena política alemana, Varoufakis es menos optimista. Es implacable con Merkel. Pero al observar la manada de políticos "groseros y burocráticos" que luchan por reemplazarla, dice, "tal vez pronto pensaré con más cariño en su mandato".
Para Ignacio Molina, catedrático de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), investigador del Real Instituto Elcano y editor de Agenda Pública, el reemplazo de Merkel no encontrará una perspectiva plácida. Su principal desafío será “superar el pesimismo sobre el futuro que hoy domina amplios sectores de la sociedad alemana y que se refleja en las sombrías proyecciones demográficas o en las dificultades para preservar la convivencia en un país llamado a ser necesariamente multicultural”. Molina enumera una serie de retos, pero concluye indicando el de posicionar al país en el nuevo orden internacional y determinar el futuro de las relaciones con Estados Unidos en el contexto de renovadas tensiones con China y Rusia.
Al otro lado del Canal de la Mancha
Atrás quedaron los días en que los periódicos británicos podían publicar titulares como “Nieve en el Canal, continente aislado”. Las colas de coches en las gasolineras y los estantes vacíos en los supermercados no eran imágenes habituales en países como Inglaterra. Pero ahora lo son.
Las dificultades en las cadenas de suministro, responsables de la escasez, podrían durar hasta Navidad, dijo el primer ministro británico, Boris Johnson. Según la prensa británica, la gente luchó en las gasolineras mientras los profesores y profesionales de la salud no podían realizar sus tareas diarias. Las tiendas no estarán vacías, pero se reducirá la cantidad de productos disponibles.
Para el columnista The Guardian Jonathan Freeland, la causa de la escasez de combustible y productos en los supermercados es el Brexit. Estantes vacíos en los supermercados, así como bares cortos de cerveza, son el resultado de problemas en las cadenas de suministro. “En otras palabras, la falta de camioneros”, dice Freeland.
Un cuadro gris para Inglaterra también fue pintado por Steve Smith, miembro del Centro de Investigación en Economía Política, escribiendo para el BBC. “Dieciocho meses después de la pandemia de Covid-19, parece cada vez más probable otro invierno muy difícil, con temores de un resurgimiento del virus, combinado con una inflación creciente y una crisis de la cadena energética y de suministro”, dijo.
Una recuperación económica más rápida de lo esperado ejerció presión sobre los precios de las materias primas. El precio de la gasolina casi se ha triplicado en Gran Bretaña desde principios de año. “Brexit ha empeorado toda la situación porque muchos trabajadores en la cadena de suministro de alimentos eran del continente y ya no tienen permisos para trabajar en el Reino Unido”.
Por otro lado, “para mantener la economía, el Banco de Inglaterra, en los últimos años, ha recortado los tipos de interés a mínimos históricos e inyectado enormes cantidades de dinero en la economía en forma de flexibilización cuantitativa”. Un aumento en las tasas de interés podría significar que la deuda pública futura también se encarecerá, lo que llevaría al gobierno a restringir aún más el gasto público.
Es probable que se reduzcan los pagos del sector público, como ocurrió en la última revisión de gastos, y si la inflación sigue siendo alta, "resultará en un recorte significativo de los salarios en términos reales". En este escenario, se esperaba que los trabajadores españoles centraran su atención en la crisis que enfrentaba el país. Pero no ha sido así.
Keir Starmer, su secretario general, intentó un golpe en la conferencia laborista para restablecer un sistema de votación ponderado para elegir el liderazgo del partido. La maniobra pretendía reducir las posibilidades de la izquierda dentro del partido. Pero Starmer tuvo que retirar su propuesta ante la oposición sindical. También trató de rehabilitar al ex presidente del Gobierno Tony Blair, el mismo que junto al presidente estadounidense George W. Bush y el presidente del Gobierno español José María Aznar aseguraron al mundo que tenían noticias reales sobre las armas de destrucción masiva de Irak, que solían justificar la invasión de ese país.
Después de una década de que la fiesta intentara borrar los recuerdos de Blair, Starmer se dispuso a reclamar su legado. El resultado es que, lejos de su promesa de unir a los laboristas tras años bajo el liderazgo de Jeremy Corbyn, el partido acabó "más dividido que nunca", según los dirigentes y periodistas que siguieron la jornada. Ahora habrá que esperar a las elecciones francesas de abril para colocar una pieza más en un tablero de ajedrez donde se juega el destino de Europa.
*Gilberto López es periodista, doctora en Estudios de la Sociedad y la Cultura de la Universidad de Costa Rica (UCR). autor de Crisis política del mundo moderno. (Uruk).
Traducción: Fernando Lima das Neves
Notas
[i] Véase “Ángela Merkel”. Disponible https://dpp.cce.myftpupload.com/angela-merkel/?doing_wp_cron=1633549022.0865349769592285156250
[ii]El texto con la lista de firmantes profesionales, encabezada por Thomas Piketty, puede verse aquí: https://elpais.com/opinion/2021-02-04/anular-la-deuda-publica-mantenida-por-el-bce-para-que-nuestro-destino-vuelva-a-estar-en-nuestras-manos.html.