por FLAVIO AGUIAR*
Cada vez que Europa se preparaba para la guerra, terminaba ocurriendo, con las trágicas consecuencias que sabemos
La semana pasada un verdadero escalofrío recorrió Europa. Se informó de manera destacada que los gobiernos de Suecia y Finlandia publicaron manuales para sus ciudadanos sobre cómo proceder en caso de una guerra contra terceros.
El gobierno sueco distribuyó por correo un folleto de 32 páginas. El finlandés puso a disposición una publicación en línea.
Aunque el nombre no aparecía, era obvio que se trataba de una guerra con Rusia. Suecia no tiene frontera terrestre con Rusia. Existe una frontera marítima entre este país y el enclave ruso de Kaliningrado, ubicado entre el Mar Báltico, Lituania y Polonia. Finlandia tiene una frontera terrestre con Rusia de 1.343 kilómetros.
Ambos mensajes abordan otras crisis, como la aparición de pandemias, desastres naturales y ataques terroristas. Pero el foco de las noticias estuvo puesto en la guerra, gracias a la existencia del conflicto directo entre Rusia y Ucrania, que cuenta con el apoyo de la OTAN, de la que no hace mucho se convirtieron en miembros Suecia y Finlandia.
Tanto en Suecia como en Finlandia las instrucciones incluyen mantener reservas de alimentos, agua, medicinas y dinero, conservar tarjetas de crédito, dar consejos sobre cómo mantenerse informado por radio, buscar refugio colectivo en caso de ataques aéreos o armas nucleares, cómo comportarse en ellos o dónde protegerse si es imposible alcanzarlos.
Justo al comienzo de las instrucciones suecas se encuentra la siguiente exhortación patriótica: “Si Suecia es atacada, nunca nos rendiremos. Cualquier sugerencia en contrario es falsa”.
Poco a poco surgió información adicional. En ambos casos se trató de una actualización de instrucciones anteriores. También se informó que otros gobiernos, como Dinamarca y Noruega, distribuyeron instrucciones similares. Nada de esto mitigó el impacto mediático del clima de preparación para la guerra.
Para espesar el caldo, Alemania se sumó al baile. Los medios del país informaron de la existencia de un documento del Ejército hasta ahora secreto, con mil páginas sobre la posibilidad y la evolución de una guerra con Rusia. Entre otras cosas, el documento predice que Alemania se convertiría en un inmenso corredor por el que pasarían cientos de miles de tropas de la OTAN –norteamericanas y otras–. El país se convertiría en el gran organizador logístico del flujo de tropas, suministros y armas de diversos tipos para el conflicto.
Otra información salió a la luz. El Ejército está brindando instrucciones específicas a los empresarios sobre cómo adaptar sus empresas a las circunstancias de una guerra, con énfasis en el tema del transporte.
Para comprender el impacto de esta información hay que tener en cuenta el contexto en el que apareció y algunos antecedentes.
Paralelamente a ellos, se informó de una escalada de hechos o retórica en torno a la guerra en Ucrania y ahora también en territorio ruso, con la invasión de la región de Kursk por tropas ucranianas.
Se informó de la presencia de tropas norcoreanas en territorio ruso, en apoyo a Moscú. El gobierno de Joe Biden autorizó el uso por parte de Ucrania de misiles de largo alcance contra territorio ruso, y el suministro de minas terrestres contra vehículos y personas al gobierno de Kiev. Anunció que Rusia había lanzado contra su territorio un misil de largo alcance, capaz de transportar una ojiva nuclear.
Moscú relajó las reglas para el uso de armas nucleares en caso de conflicto, especialmente si es atacado por un país que contaba con el apoyo de una potencia nuclear. Francia, Alemania y Polonia anunciaron que aumentarían significativamente sus presupuestos militares. El ejemplo lo pueden seguir otros países. Estados Unidos anunció el restablecimiento de misiles en territorio europeo.
La televisión rusa publicó un informe comentando qué ciudades europeas podrían ser objetivos de ataques con misiles de largo alcance. No hace mucho, el Gobierno de Joe Biden incrementó en un 20% la presencia de militares norteamericanos y personal afín en el continente europeo, un contingente que ya supera los 120, mayor que, por ejemplo, todo el Ejército del Reino Unido. Las autoridades civiles y militares alemanas ya han dicho abiertamente que es posible una guerra con Rusia dentro de cinco o seis años. En resumen, Europa se está preparando para la posibilidad de una guerra.
Los políticos que admiten el riesgo suelen utilizar el dicho popular en latín: “Si vis pacem, para bellum”, “si quieres la paz, prepárate para la guerra”. Sin embargo, recordemos que el currículum europeo en esta materia no es bueno. Cada vez que Europa se preparaba para la guerra, terminaba ocurriendo, con las trágicas consecuencias que conocemos.
* Flavio Aguiar, periodista y escritor, es profesor jubilado de literatura brasileña en la USP. Autor, entre otros libros, de Crónicas del mundo al revés (boitempo). Elhttps://amzn.to/48UDikx]
Publicado originalmente en la sección “O Mundo Agora” de Rádio França Internacional (Brasil).
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