esperando a los bárbaros

Hélio Oiticica, Gran Núcleo
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por WALNICE NOGUEIRA GALVÃO*

Comentario a la película dirigida por Ciro Guerra

El espectro de Kafka, y toda la cohorte del teatro del absurdo, insiste en merodear por el cine. Esto es lo que sucede en esperando a los bárbaros, interpretada bajo la égida de Cavafis, el bardo de Alejandría y la decadencia de los imperios, que le da título. En un insignificante y remoto reducto colonial en medio del desierto, el Magistrado legisla y se ocupa, sin mucha convicción, de mantener a raya a los bárbaros. Pero estos son pobres diablos, y no amenazan a nadie. Hasta que aparece un coronel interviniente, que instituye torturas e interrogatorios brutales, con el pretexto de erradicar una sedición. El conflicto es armado, y su desarrollo es el eje de la película. La trama todavía recuerda el desierto de los tártaros, Novela de Dino Buzzatti.

JL Coetzee, autor de la novela en la que se basa la película, es el sudafricano que, poco después de Nadine Gordimer, ganó el Premio Nobel. Ambos eran militantes abnegados que en sus ficciones denunciaban los crímenes de segregación racial que, éste, fue genocida y tremendamente cruel. Afortunadamente, se ha ido, y no sin luchar, mira los 27 años que Nelson Mandela pasó encarcelado. O segregación racial encontró en estos y otros escritores y artistas, como la cantante Miriam Makeba, opositores de peso y respeto, para mayor gloria de la nación. Vendría después una buena cosecha de películas que perpetuarían las gloriosas hazañas de resistencia, pero el teatro, la canción y la literatura tuvieron el honor de enfrentar en vivo la represión.

El director de la película es colombiano y ya llamó la atención con otro trabajo, el abrazo de la serpiente, en el que un indio, el último remanente de su nación, y un explorador blanco emprendieron una búsqueda un tanto vaga. Como puede verse, el director insiste en resolver la herida dolorosa de la fricción étnica y las catástrofes que conlleva. Es necesario registrarse para elegir un trío de actores que no podría ser mejor: Mark Rylance es el protagonista, el Magistrado, apoyado por Johnny Depp como el sádico coronel y por Robert Pattinson como su lugarteniente.

De los tres, el menos conocido entre nosotros es Mark Rylance, de hecho no solo entre nosotros, también en Hollywood: un artista con su extraordinario currículum ganó tardíamente un Oscar, y ya entonces como actor de reparto. esto paso en la pelicula El puente de los espías, de Steven Spielberg, en la que interpreta al coronel Abel, el espía ruso que, juzgado y condenado a 30 años de prisión en Estados Unidos, nunca abrió la boca, ni confesó ni se entregó a la denuncia.

El actor no era precisamente un desconocido, pues ya había ganado nada menos que tres Tony, el máximo galardón teatral estadounidense, en los escenarios de Broadway. Gran actor de Shakespeare, proviene de Royal Shakespeare Company. Cuando reconstruyeron el Globe Theater consumida por un incendio, propiedad del bardo inglés y en el que actuó, Mark Rylance fue su primer director, y durante diez años, de 1995 a 2005.

El teatro reconstruido se encuentra a plena vista en el Embankment, a orillas del Támesis y sigue el modelo de las salas de espectáculos de la época. El público no tiene asientos: todo el mundo está de pie, con el escenario a la altura de los ojos. Allí estaba la plebe, en gran algarabía, vitoreando según los movimientos de la trama. De planta redondeada, a lo largo de las paredes había tres o cuatro pisos de lugares más caros con bancos, todos cubiertos por un techo de paja, mientras que el centro del círculo estaba abierto al cielo, por razones de iluminación y oxígeno.

Durante toda la década que Mark Rylance estuvo al frente de la casa, nunca dejó de actuar como actor, y es posible verlo en documentales de la Globe Theater. Así lo vemos en duodécima noche, ccon un reparto masculino (obligatorio en el teatro isabelino), interpretando a una impagable Condesa Olivia, que se desliza por el protagonismo con pequeños pasos disimulados por voluminosas faldas. Debes haberte divertido mucho.

Esta película, realizada ahora, es sin duda una alegoría del fin del mundo, o del Apocalipsis, uno de los géneros cinematográficos más numerosos en la actualidad. La pandemia y el ascenso de la derecha, decretando el cierre de los horizontes que abrían el futuro, hicieron común y banal este tipo de películas -pero esta esperando a los bárbaros nada común o banal. Al contrario, invita a la meditación.

*Walnice Nogueira Galvão es profesor emérito de la FFLCH de la USP. Autor, entre otros libros, de Leer y releer (Senac\Oro sobre Azul).

 

referencia


esperando a los bárbaros (Esperando a los bárbaros)
Estados Unidos, 2020, 114 minutos
Dirigida por: Ciro Guerra.
Reparto: Mark Rylance, Johnny Depp y Robert Pattins

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