por GUSTAVO MENÓN*
Los partidos tradicionales ya perdieron y la izquierda tiene posibilidades de ganar
“El mundo era tan reciente que muchas cosas carecían de nombre, y para mencionarlas había que señalar con el dedo [...] En un instante transformaron el pueblo. Los habitantes de Macondo se encontraron repentinamente perdidos en sus propias calles, atónitos ante la concurrida feria. […] Lo único eficaz —dijo— es la violencia”. (Gabriel García Márquez, en Cien Años de Soledad).
“Descubrí un país donde la imposibilidad de realizar una revolución social hacía de la violencia la esencia constante, universal y omnipresente de la vida pública” (Eric Hobsbawm).
Gabriel García Márquez, en Cien Años de Soledad, narra el auge y caída de Macondo, un pueblo lleno de historias, donde la familia de José Arcadio Buendía atraviesa episodios revolucionarios, corrupción, guerras y hasta locuras que envuelven a los personajes de este gran clásico literario, ganador del Premio Nobel de Literatura. en 1982.
El realismo mágico de Gabo, siempre enamorado de su país, sirve hasta el día de hoy para establecer paralelismos y analogías con la vida política colombiana. En ese sentido, el próximo domingo 19 de junio más de 20 millones de colombianos acudirán a las urnas para elegir al próximo Presidente de la República. En un contexto caracterizado por la violencia política, la presión inflacionaria y la polarización electoral, Gustavo Petro (Pacto Histórico), por la izquierda, y Rodolfo Hernández (Liga), por la derecha, compiten voto a voto en la segunda vuelta de la carrera presidencial.
Por un lado, Gustavo Petro, senador y exalcalde de Bogotá con paso por la guerrilla durante las décadas de 1970 y 1980, pretende convertirse en el primer presidente progresista del país. Seu programa político baseia-se no projeto de reforma agrária, no avanço das medidas do acordo de paz, em uma política econômica que coloque fim a autonomia do Banco Central e, sobretudo, em uma transição energética que substitua gradualmente a exploração petrolífera a favor de energias renovables. Sin embargo, cabe mencionar que el sector petrolero es la principal fuente de exportaciones en la balanza comercial colombiana. El nombre de Gustavo Petro también es cuestionado por sectores de derecha por su cercanía a exguerrilleros. Esto provoca que su nombre sea rechazado por sectores conservadores, quienes ven en la candidatura de Gustavo Petro una amenaza al orden social y económico colombiano.
En términos socioeconómicos, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) se prevé que la pobreza en el país aumente de 36,3% en 2021 a 38% o 39,2% en 2022, el peor escenario de aumento de la pobreza en todos los países de la región.[i] Por otro lado, se tiene una proyección de crecimiento económico en torno al 3.8% del PIB en 2022,[ii] mucho por la apreciación de las materias primas en el mercado internacional por los recientes conflictos en la guerra entre Rusia y Ucrania y ante el crecimiento exponencial de las inversiones chinas en la economía colombiana – el ejemplo más emblemático de obras con capital chino es el Construcción del metro de Bogotá.
Desde un punto de vista geopolítico, las elecciones en Colombia pueden ser definitorias en relación con el desempeño de las fuerzas estadounidenses e imperialistas en la región. Desde la formulación del Plan Colombia ya través de diversos acuerdos e instrumentos de cooperación bilateral creados entre Colombia y Estados Unidos en el cambio de milenio, el país ha estado históricamente dirigido por gobiernos de derecha simpatizantes de Washington. Ante un escenario de guerra contra las drogas y de intensificación de la cooperación militar entre los países, a partir de la década de 1980, Colombia fue testigo de la llegada de militares, recursos y la creación de bases militares de origen estadounidense que se extendieron por todo su territorio nacional bajo la pretexto de contener supuestas amenazas y el impulso del gobierno chavista en Venezuela.
Es en este clima beligerante y espiral de violencia que los simpatizantes de Rodolfo Hernández, empresario vinculado a la construcción civil, intentan aprovechar los índices de rechazo de Gustavo Petro. Rodolfo Hernández, durante la primera vuelta, realizó una notoria campaña en las redes sociales, recabando votos de la vieja derecha colombiana. Superando al candidato de Urib, Federico Gutiérrez, que quedó tercero con 23.94% (con alrededor de 5 millones de votos), Rodolfo Hernández apuesta a la unificación entre sectores de derecha para llegar a la presidencia. Al recibir el apoyo de segmentos conservadores y fracciones de las clases dominantes, se proyecta que Hernandes absorba los más de cinco millones de votos del uribismo en esta segunda vuelta. Eso lo coloca con una ligera ventaja en las últimas encuestas electorales. Sin embargo, es necesario observar los índices de participación y abstención antes de la elección, ya que el voto no es obligatorio.
Siendo un personaje reciente en la vida política electoral, Rodolfo Hernández trata de colocarse como una suerte de “Trump colombiano”, donde su campaña fue abordada con fuerza en discursos contra la corrupción e incluso denunciando ciertas prácticas de los gobiernos de Iván Duque y Álvaro Uribe, tales como como la visión sobre el tamaño del Estado, las libertades/garantías individuales (como el matrimonio igualitario y la despenalización de la marihuana) y, sobre todo, ser favorable en la campaña por la adopción de tratados de paz.
Sin embargo, el candidato derechista tiene polémicas declaraciones de corte fascista en su pasado. En una entrevista concedida a una radio colombiana en 2016, el candidato derechista llegó a afirmar que era “admirador de un gran pensador alemán que se hace llamar Adolf Hitler”.[iii] Al ser interrogado, mencionó que tenía un lapso de memoria y se refería a Albert Einstein y no a Adolf Hitler.[iv]
En la primera vuelta, la candidatura de Gustavo Petro y Francia Márquez, mujer negra y defensora de los derechos humanos, obtuvo el primer lugar con cerca del 40% de los votos válidos (8.541.617 votos). En sucesión, las disputas intraburguesas, colocaron dos candidaturas en segundo y tercer lugar, donde Hernández superó al candidato del Uribismo con el 28,17% de los votos válidos, obteniendo casi 6 millones de votos.
La preocupación de los sectores progresistas reside en la unificación de los sectores de derecha en esta segunda vuelta. Ante esto, hay una tendencia natural a absorber los votos del uribismo -que representa cerca de 1/3 del electorado y emitió más de 5 millones de votos en la primera vuelta- en la candidatura de Hernández. Además, a Gustavo Petro le cuesta ampliar su abanico de alianzas tras una sorpresiva votación en primera vuelta, donde claramente acabó heredando las protestas sociales y las luchas populares de los últimos años que pusieron en jaque al modelo neoliberal.
Respecto a las dificultades de expandir la izquierda, el candidato centrista Sergio Fajardo, cuarto en la disputa, por ejemplo, al reconocer su derrota, dijo explícitamente que no votaría por Gustavo Petro en la segunda vuelta, de tal forma que el candidato representa una amenaza para la realidad colombiana. Esto significa que la tendencia de crecimiento de Petro es menor que la de Hernandes en la segunda vuelta, lo que le da una ligera ventaja al candidato de derecha.
Es en este sentimiento de “Petrofobia” que las fracciones de las clases dominantes apuestan sus fichas en la elección de Rodolfo Hernández. Sin embargo, la izquierda nunca estuvo tan cerca de asumir el poder desde el asesinato del líder popular Jorge Eliécer Gaitán a mediados de 9, ejecutado por fuerzas conservadoras el 1948 de abril de XNUMX, que dio paso a un largo período de violencia y guerra civil en el país. Desde entonces, Colombia se ha presentado como uno de los países más violentos del mundo, mostrando índices delictivos insolubles apoyados en políticas de terrorismo de Estado.
Que las elecciones del próximo domingo no sean supervisadas por fuerzas paramilitares o con viejas medidas de utilizar tácticas e instrumentos para amedrentar a las poblaciones más vulnerables. Los partidos tradicionales ya han perdido. Se trata ahora de observar los cambios que se van a formular en la vida social y política del país. ¡Macondo es un pueblo lleno de sorpresas! Y Colombia también...
*Gustavo Menón Profesor del curso Gestión de Políticas Públicas de la Facultad de Artes, Ciencias y Humanidades de la USP.
Notas
[i] La República. Según la CEPAL, Colombia es el país donde los mayores niveles de pobreza aumentarán en 2022. Disponible en: https://www.larepublica.co/globoeconomia/colombia-el-pais-en-donde-mas-aumentarian-los-niveles-de-pobreza-durante-este-ano-3378484.
[ii] CEPAL. América Latina y el Caribe: proyecciones de crecimiento, 2021-2022. Disponible: https://www.cepal.org/sites/default/files/pr/files/tabla_prensa_pib_estudioeconomico2021-port.pdf..
[iii] COLOMBIACHEQUE. Rodolfo Hernández dijo que era seguidor de Hitler (2021). Disponible: https://colombiacheck.com/chequeos/rodolfo-hernandez-si-dijo-que-era-seguidor-de-hitler.
[iv] EL TIEMPO. 'Fue un lapsus': Rodolfo Hernández tras declarar que admira a Adolfo Hitler (2021). Disponible: https://www.eltiempo.com/cultura/gente/rodolfo-hernandez-dijo-que-admiraba-a-adolf-hitler-ya-se-retracto-611171..