por LUIS FELIPE MIGUEL*
Es en las calles, no en las reuniones de gabinete, donde debemos poner nuestro esfuerzo. Es a la luz de las reflexiones al respecto que la elección a la presidencia de la Cámara debe pensarse
Entiendo que es difícil apoyar al candidato de Rodrigo Maia a la presidencia de la Cámara de Diputados. Y no ayuda a endulzar la píldora diciendo que es un "demócrata" o algo así. No es. Es un golpista al servicio de la agenda regresiva del gran capital. Baleia Rossi, su posible candidato, tiene un largo historial de perjuicios al país.
Esto hay que reconocerlo, con toda claridad. Aún así, creo que la participación en el bloque es necesaria. La “izquierda” –PSOL, PT, PCdoB, PDT y PSB– tendría 132 votos (sobre 513) en la elección a la presidencia de la Cámara. No lo suficiente para ganar, pero lo suficiente para llevar las elecciones a la segunda vuelta.
¿Hubiera sido mejor, entonces, haber lanzado una candidatura propia y negociado apoyos recién en segunda vuelta? Yo también lo pensé, pero hay factores a considerar, aparte de que este tren ya pasó.
La votación es individual y secreta. La presencia de un candidato de “izquierda”, sin posibilidades de victoria, alentaría la deserción de diputados del PSB, PDT, PCdoB e incluso del PT, que ya negociaban con el grupo de Maia e incluso con Arthur Lira, el candidato de Bolsonaro. Mejor, por tanto, asegurar la unidad y negociar con más fuerza.
Además, tomar partido en las elecciones para la alcaldía sólo habla a los iniciados. Tiene poca repercusión política más allá del círculo de los ya muy politizados. Una negociación abierta, que no borre ni minimice las muchas y profundas diferencias que separan a la izquierda de Maia, es más politizador que simplemente marcar una posición.
Tampoco se espera obtener de Baleia Rossi un compromiso para encauzar el impeachment o renunciar a la agenda neoliberal. es ilusorio Pero es posible garantizar que no se descartarán los principales ataques a las libertades liberales –como la licencia para matar a la policía (“ilicitud excluida”) o la mordaza en las instituciones educativas (“escuela sin fiesta”).
La línea divisoria en la coalición golpista, entre los que se alinean con Bolsonaro y los que quieren distanciarse de él, no está en el respeto a la democracia, que ninguno de los dos tiene. Es en cuanto se preservan o no los derechos y libertades liberales.
Hay un sector de la izquierda para el que detonar el liberalismo es la prueba definitiva de radicalismo, por lo que esta diferencia se vuelve irrelevante. Sin embargo, estos derechos y libertades (de expresión, manifestación, organización, debido proceso legal, etc.) hacen toda la diferencia en las condiciones en que se desarrolla la lucha popular.
Porque es allí, en las calles, no en las reuniones de gabinete, donde debemos poner nuestro esfuerzo. Es a la luz de sus reflexiones que debe considerarse la elección para la presidencia de la Cámara.
No es como apoyar a un candidato presidencial de “frente amplio” y silenciar el discurso de izquierda. Es lo contrario. Es tratar de evitar que las condiciones del debate público se deterioren aún más para abrazar el discurso de la izquierda.
Con habilidad, también es posible extraer el compromiso de que la agenda de Guedes no será impuesta por las gargantas del Congreso. La presencia de parlamentarios de izquierda en la junta directiva y al frente de las comisiones es importante para este objetivo. La presencia en el bloque es para garantizar eso también.
Finalmente, una derrota de Bolsonaro, quien está priorizando fuertemente la elección en la Cámara, está lejos de ser insignificante. Reduce el poder de cooptación de la presidencia sobre los diputados. Y agudiza la disputa interna de la derecha, entre el bolsonarismo, João Dória y el eje DEM-MDB que capitanea Maia.
¿Es hermoso? No es no. Pero la política no se recomienda para aquellos con un estómago débil. Nunca fue.
*Luis Felipe Miguel Es profesor del Instituto de Ciencias Políticas de la UnB. Autor, entre otros libros, de Dominación y resistencia: desafíos para una política emancipadora (Boitempo).