por NIRTON VENANCIA*
Comentario a la vida de Elizeth Cardoso, cuyo centenario se celebra hoy
Tenía 16 años cuando Jacob do Bandolim, el amigo de su padre, la vio cantar el día de su propio cumpleaños. Muy joven, comenzó a salir con el jugador Leônidas da Silva, el as que inmortalizó la “bicicleta” en el fútbol. El padre no lo aprobó. Un día, obligó a su hija a tomar el teléfono y terminar esa relación sin futuro. De costado, mirando, con un palito de membrillo en la mano, colgando en la raya de su pantalón de lino, el padre esperaba a la niña para “desenamorarse” por las líneas telefónicas en espiral. Temeroso de una paliza, obedeció.
Al día siguiente, se vengó de su padre-jefe: ingresó a la cancha con desobediencia y se reconcilió con el jugador. Se les vio abrazados en medio de la Rua da Lapa. Relación asumida, apostando a un campeonato felices para siempre, se mudaron juntos. Una mañana soleada, encontró a una recién nacida abandonada en la calle y se la llevó para criarla. Leonidas colocó a la mujer en el área y les dijo que eligieran: “¡o yo o el niño!”. “¡Me quedo con Teresa!”. El jugador fue expulsado de la cancha, sorprendido de que el bebé tuviera siquiera nombre. Fumó aún más cuando supo que al día siguiente la pequeña Tetê estaba registrada en el acta de nacimiento como hija de madre soltera. El Diamante Negro, como era el apodo del jugador, que brillaría en otro equipo.
Del otro lado del barrio, el padre de la niña está más indignado por otra transgresión a las buenas costumbres del lugar: su hija pequeña, cantante y ahora madre soltera de un niño encontrado en la calle. Meses después conoció al músico Ari Valdez, se armó un ambiente y se fueron a vivir juntos. Al niño no le quedó de otra, aceptó las condiciones y por la noche, aun cansado de alguna actuación, le cambió los pañales a Teresa, de seis meses. Valdez, coqueto, no perdonó a ninguna chica que le diera miradas lánguidas en sus shows. Pero tenía accesos de celos incontrolables hacia su esposa, especialmente cuando ella tenía que viajar para cantar.
Embarazada de Valdez, decidió terminar la relación. Se fue con su panza grande y su pequeña Tetê y se fue a vivir con su madre, también ya separada. Definitivamente no quería tener nada que ver con un hombre celoso sin moral ni razones para ello, y más allá de la extensión más dominante del padre. Tuvo al niño sola, y para conseguir más dinero, le pidió a su madre que cuidara a los niños, aprendió a conducir y se hizo taxista en pleno Río de Janeiro en la década de 1940.
Ese fue el comienzo de la carrera de Elizeth Cardoso, la Divina, apodo que le puso el periodista Haroldo Costa, en un artículo publicado en A Ultima Hora.
Con una hermosa voz que vibró de lo erudito a lo popular, Elizeth es una de las más grandes cantantes de la historia de la música brasileña, consagrada como una impecable intérprete del choro a la samba-canción, llegando a la Bossa Nova. Su nombre incluso rima en la dirección de Rua Nascimento Silva, 107, donde Tom y Vinicius le compusieron canciones a partir de la canción “Canção do Amor Além”, mencionada en “Carta ao Tom”, grabada en 1974 por el pequeño poeta Toquinho y Cuarteto en Cy.
Elizeth Cardoso fue una de las pioneras de los jingles en las campañas políticas, grabando una machinha para la campaña de João Goulart como vicepresidente en la candidatura opositora al candidato Jânio Quadros.
Con más de 40 discos y reconocida internacionalmente, amiga de Sarah Vaughan, la voz de luna de nuestro cancionero estuvo tres años en tratamiento por un cáncer de estómago, diagnosticado en una gira por Japón, cuando se sentía mal en el hotel. Incluso enferma, asistía a los espectáculos, a menudo incapaz de llegar hasta el final, tan débil. El público se conmovió y aplaudió demasiado la belleza de aquella mujer y su canto de amor.
Elizeth Cardoso es el modelo de resistencia femenina en un país racista, sexista y conservador, especialmente en un momento en que sus proyectos de vida y sus ideales como artista y mujer eran completamente inconcebibles.
Tenía 69 años cuando murió en 1990. Este 16 de julio se cumple el centenario de su nacimiento. Parafraseando la citada carta escrita con música de Vinicius a su amigo Tom, escuchar a Elizeth Cardoso me recuerda una época feliz, ay como te extraño, la vida era solo felicidad, era como si el amor doliera en paz.
*Nirton Venâncio es poeta, guionista y cineasta.
Publicado originalmente en Jornal GGN.