por AFRANIO CATANÍ*
Comentario a la novela de Leonardo Sciascia
Sicilia, verano de 1964. El termómetro marca 44 grados. En un pequeño pueblo de 7.500 habitantes, cerca de Palermo, el farmacéutico Manno recibe una carta anónima compuesta de palabras recortadas del periódico. Palabras incisivas, que lo hacen palidecer: “Esta carta es tu sentencia de muerte, por lo que has hecho morirás”. Buen hombre, reacio a las preguntas o a la política, moriría días después, durante una cacería, junto a su compañero de viaje, el Dr. Roscio, respetado médico local. Asi es como empieza la queja, de Leonardo Sciascia (1921-1989).
Nacido en Rocalmute, un municipio italiano de menos de 10 habitantes, en la provincia de Agrigento, en la región de Sicilia, el escritor, ensayista y político Leonardo Sciascia fue el mayor de tres hermanos. Su madre, ama de casa, provenía de una familia de artesanos, mientras que su padre, al igual que su abuelo, trabajaba en una mina de azufre de la región. Leonardo fue un maestro provincial, antifascista, colaborador de varios periódicos y revistas, siendo siempre activista de las causas políticas y sociales italianas. En 1976 fue elegido miembro del Consejo Municipal de Palermo por el Partido Comunista Italiano. Al año siguiente abandonó el partido. Más tarde sirvió en el Parlamento italiano y, en 1979, se convirtió en miembro del Parlamento Europeo.
Sus novelas y telenovelas estuvieron siempre marcadas por la crítica a la corrupción política y la arbitrariedad del poder, destacándose en este dominio la acción mafiosa. Por la ambientación de sus libros, se convirtió en uno de los escritores italianos más destacados de las últimas décadas del siglo pasado. Escribió, entre otros, el dia del buho (1961) El Concilio de Egipto (1963) A a cada uno lo suyo (1966) El contexto e La trama (ambos de 1971), majorana desapareció (1975) Cándido, o una historia soñada en Sicilia (1977) La bruja y el capitán (1986) 1912 + 1 (1986) Puertas abiertas (1987) El caballero y la muerte (1988), una historia sencilla (1989), además de al menos 6 libros de cuentos, 3 de poesía y otros 3 de ensayo. Su primer gran éxito, el dia del buho, fue llevada al cine por Damiano Damiani (1968), mientras La trama fue filmada por Francesco Rosi en 1976 bajo el título “Cadáveres ilustres”. Murió en Palermo, a los 68 años, de un cáncer de células plasmáticas.
Las investigaciones sobre las muertes ocurridas a principios de la queja (1966) están siendo paulatinamente abandonados por las autoridades policiales, que no llegan a ninguna conclusión. Esto hace que Laurana, profesora de secundaria y amiga del dr. Roscio intenta, solo, desentrañar el misterio detrás de los crímenes. Laurana, profesora de italiano e historia en la escuela clásica de Palermo, era soltera, tenía unos 40 años y vivía en el pequeño pueblo con su madre, viajando diariamente a la capital. Se fue con la multitud de las siete y volvió con la de las dos. Por las tardes leía y estudiaba. “Pasé la noche en circulo o en la farmacia y volver a casa a eso de las ocho. Durante el verano se dedicaba “a sus obras de crítica literaria, que publicaba en revistas que nadie en la ciudad leía”.
Al examinar la carta anónima recibida por el farmacéutico, Laurana descubre que las palabras probablemente fueron recortadas del periódico católico. Observador romano, porque en el reverso de la página se podía leer “la palabra unicuique y luego, en caracteres más pequeños y de manera confusa, ordine naturale, menti obversantur, tid, sed”. Laurana también verifica que el periódico no se vende en la ciudad desde la guerra y que solo dos personas lo reciben por correo. Basándose en esta observación y en una serie de otras pistas que descubre, arma pacientemente las piezas de un intrincado rompecabezas. Esto le permite concluir que el objetivo real de los delincuentes era el Dr. Roscio, mientras que la carta (y la muerte del farmacéutico Manno) era solo para arrojar luz sobre ello. Laurana se enfrenta a un engranaje abrumador, que elimina físicamente a todo aquel sobre el que recae la más mínima sospecha.
la queja es un libro conciso, seco y contundente, que explora con rara alegría uno de los temas favoritos del autor: la dominación de los poderosos sobre los desposeídos, con la consecuente inercia de las instituciones públicas, con el silencio culpable de los habitantes locales y con el generalizado la corrupción dando el tono.
Gran conocedor de la estructura socioeconómica de Sicilia, Leonardo Sciascia escribe una novela político-policial en la que el humor y la fina ironía están siempre presentes -curiosamente, quienes provocan las situaciones más sabrosas son los ancianos-. la queja se puede leer en unas pocas horas y, creo, muchos lectores esperarán, como otras obras de Leonardo Sciascia, volver a encontrarlo en forma de película.
*Afranio Catani Es profesor jubilado de la Facultad de Educación de la USP y actualmente es profesor titular de la misma institución. Profesor invitado en la UERJ, campus Duque de Caxias.
Una versión diferente se publicó en el “Cuaderno de los sábados” del extinto Periódico en 11.06.1988.
referencia
Leonardo Sciascia. la queja. Traducción: Ildete de Oliveira Castro. Río de Janeiro: Rocco, 1988, 114 páginas.
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