por LÁZAR VASCONCELOS OLIVEIRA*
Si el héroe clásico ha sucumbido a la espectacularización de la realidad, quizá la solución no resida en la búsqueda de nuevos mitos, sino en la deconstrucción de la idea misma del heroísmo. Al fin y al cabo, en un mundo donde la política se disuelve en algoritmos y la revolución se reduce a hashtags, el verdadero acto de valentía quizá sea negarse a desempeñar cualquier papel.
En el giro copernicano de Immanuel Kant, específicamente en Crítica de la razón pura (1781) Su obra se guía por la pregunta central del idealismo alemán: ¿Permiten los objetos externos la cognoscibilidad? En otras palabras, ¿cuál es la relación entre el sujeto de la experiencia y los objetos externos a él?
Mucho antes del idealismo alemán, la epistemología budista también se ocupaba de la unidad representativa del mundo, del yo (yo). La diferencia es que para el budismo, esta unidad de representación crea una ilusión entre el yo, los fenómenos y el tiempo.
En Immanuel Kant el tiempo es trascendental para el conocimiento, es la posibilidad de representar objetos, en el budismo, el yo (yo) crea una ilusión de representación del mundo y distorsiona la percepción del tiempo, creando un abismo existencial entre la finitud y la infinitud de los objetos.
Así, si la materialidad representacional del mundo de los objetos crea una especie de apego al mundo a través de las pasiones, los sujetos comienzan a dividirse entre amigos y enemigos, porque este apego al mundo resuena en una acumulación de emociones, que transgreden el equilibrio del buen vivir, o más bien, la noción esencial de que todo se disuelve en el tiempo.
1.
El origen de la palabra griega «Eros», occidentalizada como «héroe», está vinculado a la idea del mito de alguien que actúa impulsado por una pasión, ya sea por una causa, por los demás o por algún ideal. El viaje del héroe de Anakim Skywalker en Star WarsLa franquicia cinematográfica de George Lucas transmite muy bien la noción de Karma En el budismo, de la fuerza que gobierna el universo, sin estar necesariamente limitado por una noción maniquea cristiana del bien y del mal.
Este escape de la noción cristiana del mundo posibilitó una hermosa lectura por parte de George Lucas de los engranajes que rigen internamente la democracia burguesa, de igual manera utilizaré los tres primeros grandes actos; el viaje del héroe, la falacia del héroe y la disolución de la democracia en Star Wars a la luz de la teoría de los simulacros, comprender cómo las instituciones burguesas construidas sobre la acumulación del colonialismo catequético terminaron en un nihilismo pasivo de las masas, lo que bien explicó Baudrillard cuando dijo que “el Reino de Dios siempre ha estado en la tierra, en la inmanencia pagana de las imágenes, en el espectáculo que la Iglesia les ofrecía […] Las masas absorbieron la religión en la práctica mágica y espectacular que adoptaron” (2005, p. 5).
Las tres primeras películas de Star Wars siguen a una república galáctica, compuesta por varias especies y planetas gobernados por el Senado, tras el golpe de estado de los Lores Sith, facciones minoritarias que representan el lado oscuro del conocimiento sobre la fuerza, se produce una centralización del poder, diluyendo una democracia republicana en una tiranía imperial, como se advirtió. Los federalistas (1788), una colección de artículos de la Ilustración escritos por intelectuales angloamericanos que defendían la constitución y que hoy, en mi opinión, representa mucho mejor la posición de la izquierda institucional.
Cuando Anakim recibe la llamada al viaje del héroe, resuena con él la maldición oracular edípica de Yoda, que transcribe cómo su futuro seguía protegido por la pérdida emocional de su madre. En el guion de la franquicia, el viaje del héroe se diluye sabiamente en una trama maquiavélica en torno a las pasiones y el poder. Lo desconocido y la fuerza oscura capturan rápidamente a Skywalker mediante su interferencia emocional, sus pasiones, lo que lo lleva a cometer genocidio basándose en su ilusión de alcanzar el poder de la inmortalidad, lo que revela su inmadurez, como predijo Yoda, para afrontar la pérdida.
Se Star Wars Si no fuera ficción, sería bastante irónico, o oportuno en la forma en que su reinterpretación a la luz del golpe de 2016 hasta los acontecimientos del 8 de enero de 2023 nos permite, como George Lucas, hacer un análisis maquiavélico de la trayectoria de la democracia brasileña, sin caer necesariamente en el maniqueísmo de la noción de derecha e izquierda institucionalizadas, o en el mito de que la democracia necesita ser representada por un héroe.
Esto se debe a que la institucionalización en sí misma ya no es la única fuerza en el tablero político, la virtualización del tiempo ha revelado que la razón democrática ha sido reemplazada desde hace mucho tiempo por la razón de las masas, pero como señaló Baudrillard, las masas ni siquiera tienen razón, sino que “las masas son un medio mucho más fuerte que todos los medios de comunicación, que son los que las enredan y las absorben –o al menos no hay prioridad de una sobre la otra” (2005, p. 22-23).
2.
La cobertura mediática actual del encarcelamiento de músicos de trap y funk de Río de Janeiro cristaliza una antigua contingencia del castigo estatal que se convierte en un espectáculo contra la periferia, pero en la posmodernidad, el castigo se fetichiza simultáneamente. Por otro lado, el problema del simulacro, ya expuesto a finales del siglo XX por Baudrillard, sobre el fin de lo social, ya no es la contradicción del valor, sino su incoherencia, su disolución total, porque las masas solo «quieren signos, idolatran el juego de signos y estereotipos, idolatran todo contenido con tal de que se transforme en una secuencia espectacular» (2005, p. 6).
De este modo, la mediatización del castigo estatal crea para las comunidades marginadas un regalo griego esculpido por los simulacros mediáticos del castigo.
La presencia de la antinegritud en este proceso es evidente, pero es aún más interesante cómo, para quienes se movilizaron en las capas residuales de las clases, el juego del capital social adquiere otra forma, como en el caso de los MC que utilizaron sus prisiones mediáticas para lanzar sus álbumes y lucrarse del problema general. La cuestión de la movilidad de clase, principalmente debido a la virtualización de la moda en Baudrillard, así como para los budistas en relación con el yo, desplaza la verdad de la realidad.
En la hiperrealidad, la imagen del “periférico ostentoso” alimenta las políticas de excepción del Estado y crea un problema de representación del héroe para las comunidades periféricas, los artistas mediados por la industria de la moda, cumplen la ideología de dinero negro y actuar como verdadero apoderados De la alienación del consumo, así, «a la ilusión del cambio se une la ilusión democrática. Se piensa que la naturaleza efímera de la moda elimina la herencia de los signos distintivos y que otorga a todos, en cada momento del ciclo, las mismas posibilidades» (1972, p. 40).
3.
Si la transparencia del golpe de Estado de 2016 hasta el intento de reanudación democrática del 8 de enero provocado por el desmantelamiento de piezas institucionales no regresó con posiciones tan claras en los engranajes de la maquinaria democrática, debemos, por principio, responder: ¿Cómo las masas de extrema derecha tomaron la vanguardia revolucionaria?
Creo que el argumento de Baudrillard sobre las masas y la era de la "simulación", donde los signos y las imágenes han reemplazado las referencias reales y las instituciones tradicionales han perdido su función de mediación simbólica y producción de significado, representa la línea de pensamiento correcta para la situación actual del país, en vísperas de las nuevas elecciones presidenciales. ¿Estamos a la sombra de las mayorías silenciosas?
La democracia ya no representa las líneas claras de los proyectos políticos del neoliberalismo real.
La muerte del héroe, la aceleración de las redes sociales, el poder de las Big-techs y la difusión masiva, crearon un escenario ideal para las fantasías liberales del futurismo LED-neón de los años 80, que proyectaba un futurismo espacial, pero terminó en la cobardía central de los drones, la inminencia de una tercera guerra mundial, en masas alimentadas por la “pasión del código que, regulando y subordinando simultáneamente objetos y sujetos a sí mismo, los vota juntos a la manipulación abstracta” (2005, p.6), un canal de YouTube, una red social, las facciones ya no necesitan ocupar instituciones para manipular a las masas.
Si el héroe tradicional se ha diluido en el símbolo y refuerza la ilusión de cambio a través de la estética y la violencia de las imágenes, la audacia de Edgard Navarro en la película SúperOtro (1989) es una gran estrategia para revitalizar la figura del héroe político en la sociedad contemporánea, porque la figura construida en la película recupera la realidad de la representación, no basa la realidad en un modelo de ficción espacial, el grito de “¡Despierta humanidad!” de un héroe esquizofrénico y sin hogar que deambula por los suburbios de Salvador, Bahía, sustituye el vacío de dinero negro y crea un buen ejemplo de héroe para las generaciones futuras, a partir de un Brasil que necesita cada vez más héroes antropofágicos.
*Lázaro Vasconcelos Oliveira Es licenciada en Ciencias Sociales por la Universidad Estatal de Santa Cruz (UESC).
Referencias
BAUDRILLARD, Jean. A la sombra de las mayorías silenciosas: el fin de lo social y el surgimiento de las masas. Lisboa, 2005.
BAUDRILLARD, Jean. Para una crítica de la economía política del signo. Traducido por Aníbal Alves. Lisboa: Edições 70, 1972.
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