La Escena Brasileña – XXIX

Imagen: Laura Tancredi
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por BENÍCIO VIERO SCHMIDT*

Comentario sobre hechos recientes.

El STF, con base en un amparo emitido por la ministra Rosa Weber, luego confirmado por el Pleno (8 x 2), exigió al Congreso dar plena publicidad a los responsables de “las enmiendas del relator, individuales y de bancada.

Los congresistas Athila Lira y Rodrigo Pacheco se niegan a cumplir cabalmente con la decisión del Poder Judicial alegando razones operativas. Tremenda maniobra, encubriendo intereses sospechosos en la designación de municipios, pedidos de obras y compra de maquinaria sobrevalorada. En algunos casos, ya esclarecidos por la prensa, se evidencian operaciones particularistas en beneficio de los intereses electorales de familiares de congresistas, como lo ejemplifican las enmiendas a favor del clan de Lira en Alagoas, presidente de la Cámara de Diputados.

A pesar del desgaste, la Cámara de Diputados vota en comisión abandonar el tope de 75 a 70 años para los jueces de tribunales superiores; obviamente en represalia al STF, beneficiando al Presidente de la República, que nombraría dos ministros más del STF y otros 23 de tribunales superiores, hasta diciembre de 2022. Queda por ver si la amenaza pasará por el pleno de la Cámara y posteriormente ser enviado al Senado. Pero es inequívocamente una amenaza a la estabilidad de los tribunales superiores, incluido el TCU (Tribunal de Contas da União), un órgano vinculado al Senado Federal. Esto indica que el gobierno y su maquinaria administrativa buscan ejercer una casuística que permita un mayor control de los órganos judiciales. El ejemplo de Donald Trump, nombrando nuevos ministros y jueces federales de corte ultraconservador en Estados Unidos, durante su gestión, da sus frutos en Brasil.

Aunque hay desgaste, dados los criterios de moralidad y publicidad en la gestión pública, Rodrigo Pacheco, presidente del Senado, participa en efemérides que lo lanzan como candidato a la presidencia de la república, bajo la égida de un moralismo extremo y ¡una prolija defensa de la convivencia democrática, “en un país desgarrado por el ordium”!

Auxílio Brasil, en reemplazo y complemento de Bolsa Família, fue aprobado por la Cámara Federal (344 x 0), con la posibilidad de aumento sustancial de gastos de otra naturaleza, abrigada por la ruptura del tope fiscal. Se espera un descontrol de las finanzas, con una mora real en la mayoría de los precatorios y acumulación de deudas oficiales hasta 2033. El año 2022 estará contemplado por operaciones similares de cambios en los rubros de gastos sociales, de cara a las elecciones. Un cuadro dramático, que tendrá efectos permanentes en las finanzas públicas a partir de ahora.

Los sondeos de opinión sobre las elecciones presidenciales continúan en la dirección ya observada desde hace meses: Lula y Bolsonaro encabezan la lista, ahora con la repentina aparición de Sergio Moro (Podemos) en el tercer lugar. Manifestaciones y afiliaciones al partido de Álvaro Dias, incluyendo militares destacados en la taberna, indican posibilidades de crecimiento de esta candidatura. Se ha pronunciado Moro, apoyado en las ideas conservadoras y recesionistas de Afonso Celso Pastore (ex Banco Central), con reparos a la actual política económica y fiscal; sin embargo, sin presentar alternativas reales. Todo parece apuntar a que Moro es una versión más “civilizada” de Bolsonaro. Nada más.

Las asociaciones de otros partidos continúan probando el mercado de opinión; como lo hizo el DEM (futura União Brasil) con el lanzamiento del ex ministro Luiz Mandetta y también el MDB con el nombre de Simone Tebet. Son comunicados con intenciones de componer con fuerzas políticas más pujantes.

El caso fuera de la curva es la presencia de Geraldo Alckmim –dejando el PSDB y yendo al PSD o al PSB– como primo entre pares, abierta a todos y cualquier composición electoral Es el indicio mismo de la debilidad ideológica y política del sistema nacional de partidos.

Mientras tanto, esperamos la votación de la previa del tucán que, tras el fiasco del primer intento con las urnas electrónicas, debe dar la victoria a João Doria, apoyado por Arthur Virgílio. El PSDB deja la refriega debilitada y probablemente alimentará muchas deserciones de aquí al 2022.

La vida política nacional aguarda con ansia el más efectivo pronunciamiento de las fuerzas partidarias frente a los temas más dramáticos de la realidad, como la inflación y el desempleo. En ese sentido, el viaje consagratorio de Lula al exterior tuvo el don de despertar en la opinión pública, una vez más, la aspiración de reintegrar a Brasil a la esfera de decisión mundial. Pero aún es poco ante la decadencia del sistema democrático y popular entre nosotros.

*Benicio Viero Schmidt es profesor jubilado de sociología de la UnB y consultor de Empower Consult. Autor, entre otros libros, de El Estado y la política urbana en Brasil (LP&M).

 

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