por BENICIO VIERO SCHMIDT*
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Lo más destacado de la semana será, sin duda, la instalación y funcionamiento del CPI COVID-19. Se instaló el martes 27, con el senador Omar Aziz como presidente, Randolfe Rodrigues como diputado y Renan Calheiros como relator, a pesar de la oposición del gobierno y del amparo, que cayó, vetando su conducta a la relatoría.
De esta Comisión no se espera mucho más que la publicación masiva de información que denuncie malos comportamientos del Ejecutivo Federal en el manejo de la pandemia, en especial promesas de compras incumplidas de vacunas. También estarán en la agenda las acciones de los gobiernos estatales contra la Unión, a favor de las vacunas; y la posterior persecución de la Procuraduría General de la República contra diecisiete gobiernos estatales, alegando malversación de fondos y problemas en la administración de vacunas.
La comisión tiene por lo menos 90 días para funcionar, y puede existir hasta por un año, es decir, hasta la víspera de las elecciones de 2022 y la contención de la pandemia. Es interesante notar que el gobierno, a través de la Casa Civil, ya ha planteado veintitrés temas -como si fuera un gabinete de sombra, un gobierno en la sombra contra sí mismo- en la preparación de sus cuadros para los interrogatorios de la CPI, en especial el exministro Eduardo Pazuello y el exsecretario del Ejército encargado de la compra y fabricación masiva de cloroquina.
No se espera mucho de un proceso de investigación que podría, teóricamente, incluso resultar en el juicio político al presidente Jair M. Bolsonaro, ya que las circunstancias no parecen favorables para ello. Creo que el gran mérito de este CPI será la publicación de las actas del gobierno federal.
También cabe señalar que el juez Marco Aurélio de Mello, del STF, acaba de enviar al pleno una solicitud del PSol y otros partidos de izquierda solicitando la instalación de una Comisión independiente de científicos, miembros del Poder Judicial y del parlamento, además al ejecutivo, para orientar el manejo de la pandemia. Este es un ingrediente más en la lucha contra la forma en que se ha tratado la propagación de la pandemia en Brasil.
A 24 horas de la declaración del presidente de Brasil en la Cumbre del Clima encabezada por Joe Biden y Kamala Harris (presidenta y vicepresidenta de EE. UU.), Jair Bolsonaro, al sancionar el presupuesto federal de 2021, recortó más de 200 millones del Chico Mendes. Instituto e Ibama, órganos responsables de la fiscalización de la política ambiental, especialmente en la Amazonía, el Cerrado y el Pantanal.
Además, una ordenanza interna del Ministerio del Medio Ambiente significa que las multas por incumplimiento de la legislación ambiental ya no son emitidas directamente por los inspectores del Ibama. A partir de ahora habrá que remitirlos a un superior que aprobará o no la efectividad de la multa. Esto significa que habrá un control absoluto sobre quién debe y quién no debe explorar y deforestar la Amazonía, el Cerrado y el Pantanal. Un paso más del gobierno brasileño hacia la desmoralización de Brasil en el contexto global de políticas ambientales necesarias para cero carbono en las próximas décadas. una molestia
La falta de realización del censo económico y demográfico por parte del IBGE este año es una no-política activa, que pretende, bajo el pretexto de no disponer de recursos en el presupuesto, restringir la captación de informaciones necesarias para la formulación de políticas públicas en Brasil. Un acto discrecional profundamente negativo que afecta a todas las instancias que toman decisiones sobre políticas públicas en el país.
En la agenda del Senado se encuentra un Proyecto de Ley, previsto para votación esta semana, sobre el incumplimiento de patentes de productos farmacéuticos utilizados en el tratamiento de la COVID-19. Los grandes laboratorios están en contra, el Ejecutivo brasileño está en contra y algunas fuerzas de la oposición están a favor de romper patentes.
Los laboratorios afirman (y amenazan) que si hay una quiebra, Brasil no podrá comprar medicamentos debido a un probable boicot de los grandes grupos farmacéuticos internacionales. Bueno, eso es discutible. Birmania actual ha violado patentes y proporciona medicamentos para el tratamiento de COVID-19 a varios países del mundo. En el ámbito interno, durante el gobierno de Fernando Henrique Cardoso, el entonces ministro de Salud, José Serra, rompió las patentes de medicamentos necesarios para proteger a la población del VIH.
El ministro Paulo Guedes destituyó al secretario de Hacienda (en gobiernos anteriores el cargo tenía rango de ministerio), mientras que el líder del Centrão y presidente de la Cámara de Diputados, Arthur Lira, pone en agenda la Reforma Tributaria.
*Benicio Viero Schmidt es profesor jubilado de sociología de la UnB. Autor, entre otros libros, de El Estado y la política urbana en Brasil (LP&M).