La escena brasileña – VII

Imagen: Anderson Antonangelo
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por BENÍCIO VIERO SCHMIDT*

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La pandemia sigue marchando a niveles alarmantes. Brasil se convirtió en poseedor del récord mundial en el número de víctimas por día. La sucesión del ministro de Salud Eduardo Pazuello por el doctor Marcelo Queiroga se produjo en perjuicio del movimiento comandado por el centro a favor de la doctora Ludhmila Hajjar, acción refutada por el Presidente de la República.

De nuevo hay dudas sobre el currículum de un nuevo ministro. Afirma, por ejemplo, que está matriculado en un doctorado en bioética desde hace doce años. Según la ley brasileña, cualquier persona que no defienda su tesis por más de cuatro años está jubilada. El curso en el que está inscrito también está bajo sospecha. Este es un acuerdo muy inusual entre el Consejo Federal de Medicina y la Universidad de Oporto. El curso funciona con un solo profesor que viene a Brasil de vez en cuando. Por tanto, volvemos a tener la posibilidad de falsedad ideológica en el currículum de un ministro ya designado.

La mayoría de los gobernadores, actuando de manera unificada, presionaron por la sustitución del ministro Pazuello ya favor de la vacunación masiva, quejándose de la no contratación de vacunas en cantidades suficientes. Además, la presión de la ONU sobre Brasil está aumentando, debido al papel que el país ha asumido como propagador mundial de cepas variantes del virus COVID-19.

Otro tema importante que continúa sin aparecer en los titulares es la reforma política. Gran parte de los diputados quiere la creación del “distrito”, un modelo en el que serían elegidos los más votados sin importar la cuota proporcional de sus partidos. También están luchando por el restablecimiento de coaliciones para las elecciones parlamentarias. Es una tradición brasileña que cada elección tenga una nueva legislación. Estas propuestas van en contra de las expectativas de que se mantuvieran los cambios vigentes a partir de las elecciones de 2018, eliminando a los partidos con pocos votos de la distribución del fondo electoral.

La Organización Económica para el Desarrollo (OCDE) creó un comité para monitorear la corrupción en Brasil justo cuando se anunció el fin de la operación Lava Jato. Se espera que Brasil reaccione continuando castigando a los corruptos y especialmente a aquellos que atentan contra el interés público.

La reunión del Copom del 17 de marzo elevó la tasa de interés básica (Selic) de 2% a 2,75%. Este es un reconocimiento de la presión de la inflación al alza.

Finalmente, la sucesión. La reanudación de los derechos políticos de Lula aún depende de una votación en el STF. Pero ya podemos observar algunos síntomas interesantes, como la agregación de voluntades tan dispares como las de Delfim Neto y el PSOL que apuntan a Lula como su candidato favorito para las elecciones de 2022. Una convergencia verdaderamente extraordinaria. El efecto Lula reposiciona la situación del gobernador João Doria, que ahora considera postularse para la reelección. Si bien los efectos de la presencia de Lula en el escenario electoral aún están lejos de definirse, es probable que traiga mayor aliento y menor fragmentación a las próximas elecciones.

*Benicio Viero Schmidt es profesor jubilado de sociología de la UnB. Autor, entre otros libros, de El Estado y la política urbana en Brasil (LP&M).

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