por BENICIO VIERO SCHMIDT*
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El gobierno obtuvo una gran victoria en las elecciones para la presidencia de la Cámara de Diputados y para el Senado Federal. En ambos casos, se refuerza la agenda neoconservadora, lo que indica -en vista de la fuerte presencia de las fuerzas evangélicas- un retorno brutal, en términos de la política brasileña de derechos humanos y también el reconocimiento de los tratados internacionales sobre género, medio ambiente, etc. en.
Hay una diferencia significativa entre el resultado de la elección del Senado y el de la elección de la Cámara. El Senado eligió a un presidente que tiene posiciones diferentes en relación con las empresas estatales que las defendidas por el aparato económico del gobierno. Esto debería generar algunas fricciones, especialmente en vista de la ya anunciada posibilidad de privatizar Correios y Eletrobrás. En la Cámara Federal, Arthur Lira debe adoptar posiciones más subordinadas al gobierno. Esto significa que se puede vislumbrar una agenda con conflictos aterradores, especialmente en lo que se refiere al tema identitario.
De hecho, en términos generales, el resultado significa que Centrão asume una especie de cogobierno con el presidente Jair M. Bolsonaro y sus directivos. Más que fortalecer a Bolsonaro, se trata de fortalecer a Centrão como participante en el proceso de toma de decisiones del gobierno.
También vale la pena mencionar, ante la inminencia de las elecciones de 2022, el movimiento de autorreproducción de los parlamentarios; todos preocupados por su reelección el próximo año, ya sea para nuevos cargos ejecutivos o para cargos representativos en el Congreso Nacional. También cabe señalar que estas elecciones debilitaron la llamada tercera vía, que se estaba articulando para las elecciones de 2022 con la participación del PSDB y el DEM en particular. Este frente está nominalmente fracturado y deberá reconfigurarse en los próximos meses si quiere ser una alternativa electoral fuerte en 2022.
Por otro lado, continúa la batalla por las vacunas, en la que se destaca la falta de estrategia y operatividad por parte del Gobierno Federal. Esto incluso fracasó en el largo intento de casi veinte días del Ministro de Relaciones Exteriores con el gobierno de los EE. UU. para lograr el transporte de oxígeno a Manaus, la región más golpeada proporcionalmente por la pandemia. El país decidió quedarse al final de la lista de 98 países que tratan mejor que Brasil la situación provocada por el Covid-19. El conjunto de hechos presentados en este momento no es nada alentador.
Encerar. La batalla por el medio ambiente no solo permanece, sino que se intensifica, ahora con la participación efectiva del Parlamento Europeo – y con enfáticas manifestaciones de sus eurodiputados, encabezados por la bancada francesa – en la batalla por el seguimiento y seguimiento de la producción brasileña de proteína vegetal.
*Benicio Viero Schmidt es profesor jubilado de sociología de la UnB. Autor, entre otros libros, de El Estado y la política urbana en Brasil (LP&M).