por AFRANIO CATANÍ*
Comentarios al libro “Lições da Aula”, de Pierre Bourdieu.
1.
Pronto el Collège de France cumplirá 500 años.[ 1 ] Habiendo sido creado en 1530 por el rey Francisco I, ha sufrido varias transformaciones a lo largo de los siglos. Actualmente reúne a 57 profesores que trabajan con otros investigadores, asistentes, técnicos y administrativos. Organizado en cátedras que cubren una amplia gama de disciplinas, el Secundaria tiene oyentes, no estudiantes: las personas que asisten a clases y cursos no pasan por controles de asistencia ni pruebas y exámenes.
Las clases funcionan como conferencias, sin preguntas y sin diálogo entre oyentes y profesores. Los profesores son dueños de sus elecciones dentro de sus cátedras, teniendo, sin embargo, una única y rigurosa obligación: tratar un tema nuevo cada año. En 2013, Sérgio Haroche, presidente de la Asamblea de Profesores del Collège, detalla que la institución tiene una característica única: los profesores presentan “los conocimientos en elaboración en todos los dominios, letras, ciencias, artes”. Para ello, cada profesor recibe una beca vitalicia de investigación y, anualmente, informa de su actividad impartiendo 12 clases.
las sillas de Secundaria puede ser cambiado por la Asamblea de Maestros cada vez que uno de ellos quede vacante, siendo redefinido para el nuevo titular en un proceso de votación en dos etapas. En la primera fase, la Asamblea define el título del presidente que deberá reemplazarlo. Luego, con la recreación de la presidencia y la declaración de la vacante, la Asamblea elige al titular. En la práctica, “la cátedra ya está creada para un candidato concreto, funcionando la segunda fase como un mero trámite”. Cabe recordar que no se exige título universitario a los candidatos, quienes son evaluados en función de la importancia y originalidad de su trabajo (Catani, 2017 a, p. 124-125).
Concluí el artículo citado destacando que esta institución pública de educación superior goza de plena libertad para realizar su investigación científica, “constituyéndose en la máxima instancia de valoración de la autonomía y el trabajo intelectual”. También recordó, a modo de ilustración, que Lucien Febvre, Marcel Mauss, Maurice Halbwachs, Émile Benveniste, Maurice Merleau-Ponty, Paul Veyne, Georges Duby, Georges Dumézil, Fernand Braudel, Claude Lévi-Strauss, Pierre Boulez, Raymond Aron, Jerzy Grotowski, Michel Foucault, Roland Barthes, Pierre Bourdieu, Roger Chartier, Pierre Rosanvallon, Antoine Compagnon (Catani, 2017a, p. 125).
2.
Pierre Bourdieu (1930-2002) fue elegido en 1981 para la Cátedra de Sociología de la Collège de France y el viernes 23 de abril de 1982 pronunció su conferencia inaugural, culminando el proceso de su elección y nombramiento a esa institución (Catani, 2017 b, p. 249). Lecciones de clase constituye el texto leído en ese momento. Recurriendo a varios pensadores de las áreas de la filosofía, las letras, el psicoanálisis, las ciencias sociales y las matemáticas, además de la literatura clásica en varios de estos dominios, “comienza su exposición considerando que la lección sobre la lección se convierte en un 'discurso que se refleja a sí mismo .incluso en el acto del discurso', recordando la propiedad básica de la sociología tal como él la concibe: todas las proposiciones que la sociología anuncia pueden y deben aplicarse al sujeto que hace ciencia. Practicando la sociología de la sociología, analiza el discurso sociológico desde la posición social que ocupa en la estructura del campo social el sociólogo que lo produce, porque 'la crítica epistemológica no se da sin la crítica social'” (Catani, 2017 b, p. 245 ).
Según él, dentro de cada campo social hay un movimiento constante de agentes sociales que buscan luchar por mantener o mejorar su posición dentro del campo. Es en la relación entre “el juego y el sentido del juego” que se engendran los motivos de la competencia y se constituyen los valores que, “si bien no existen fuera de esta relación, se imponen en ella, con un carácter absoluto”. necesidad y evidencia. Esta forma original de fetichismo está al principio de toda acción”.
Para él, las inversiones son entendidas como “ilusiones fundadas”, que “superan las ganancias explícitamente dirigidas (salario, precio, recompensa, trofeo, título, función)” y hacen que cada agente salga de su anonimato y se afirme como “activo, involucrado”. en el juego, ocupado (…) y dotado de una misión social” (Bourdieu, 1982, p. 30-31). Es sólo la sociedad la que asigna, en diferentes grados, “las justificaciones y razones de existir”. Así, “sin llegar a decir, como Durkheim, que 'la sociedad es Dios', yo diría: Dios no es más que la sociedad.
Lo que se espera de Dios nunca se obtiene sino de la sociedad, que tiene el monopolio del poder de consagrar, de sustraer a la vanidad, la contingencia y el absurdo; pero -y esta es sin duda la antinomia fundamental- sólo de manera diferencial, distintiva: todo lo sagrado tiene su complemento profano, toda distinción produce su vulgaridad, y la competencia por la existencia social conocida y reconocida, que sustrae a la insignificancia, es una lucha de la muerte por la vida y la muerte simbólica. 'Citar, dicen los Cabilas, es resucitar'. El juicio de los demás es el juicio final; y la exclusión social es la forma concreta del infierno y la condenación. Es también porque el hombre es un Dios para el hombre que el hombre es un lobo para el hombre” (Bourdieu, 19822, p. 33).
El día de la lectura de su clase, Bourdieu experimentó un terrible malestar, ya que cuestionó el rito de institución en el rito mismo, generando gran vergüenza, dada la violencia de la situación, pues cuestionó la creencia y la puso “en peligro”. exactamente en el momento y en el lugar donde convendría celebrarlo y reforzarlo” (Bourdieu, 2005, p. 131). Tiene dificultad para completar la lectura, su voz casi desaparece, nota que varios compañeros están asombrados. “Después, siento un malestar terrible, ligado al sentimiento de la pifia, más que a la transgresión” (Bourdieu, 2005, p. 132) – véase también Catani (2017 b, p. 249).
Tal postura refuerza, a mi modo de ver, el pleno ejercicio del compromiso intelectual del autor, de no “predicar a los conversos”; tal vez ese fuera el significado, para él, de la “clase de una clase inaugural de sociología dedicada a la sociología de la clase inaugural” (Bourdieu, 1982, p. 34).
Realizando la apasionada defensa de una sociología crítica, Bourdieu pretende, con su obra intelectual, estudiar y explicar los mecanismos de dominación imperantes en un determinado orden social. Conociendo tales mecanismos, siempre existe la posibilidad de subvertirlos. Por eso se teme a la sociología: “Si a los que tienen algo que ver con el orden establecido, cualquiera que sea, no les gusta nada la sociología, es porque introduce una libertad de adhesión que hace que la conformidad misma asuma un aire de herejía o ironía” (Bourdieu, 1988, p. 60).
*Afranio Catani es profesor jubilado de la USP y profesor invitado de la UFF.
Este ensayo es una versión completamente modificada de la reseña publicada en el extinto “Caderno de Sábado” del Periódico en 28 / 1 / 1989.
referencia
Pedro Bourdieu. Class Lessons: clase inaugural en el Collège de France. Traducción: Egon de Oliveira Rangel. Sao Paulo, Ática.
Bibliografía
BOURDIEU, Pierre. Esquema de autoanálisis. (trad.: Sérgio Miceli). São Paulo: Companhia das Letras, 2005.
BOURDIEU, Pierre. Lesson sur la leçon. París: Minuit, 1982.
CATANI, Afranio Mendes. Colegio de Francia. En; CATANÍ, AM; NOGUEIRA, MA; OYE, AP; MEDEIROS, CCC de (Orgs.). Vocabulario de Bourdieu. Belo Horizonte: Auténtica, 2017 a, p. 124-125.
CATANI, Afranio Mendes. Lecciones de clase. En; CATANÍ, AM; NOGUEIRA, MA; OYE, AP; MEDEIROS, CCC de (Orgs.). Vocabulario de Bourdieu. Belo Horizonte: Auténtica, 2017 b, pág. 249-250.
CATANI, Afranio Medes; MARTINEZ, Paulo H. (Orgs.). Siete ensayos sobre el Collège de France. São Paulo: Cortez, 1999.
Nota
[1] Sobre el Collège de France, véase Catani (2017a) y Catani y Martínez (1999).