por MIGUEL ENRIQUE STEDILE*
Consideraciones sobre el libro recién publicado de Valerio Arcary
Tomado a primera vista, La trampa del bolsonarismo y los límites del lulismo es el conjunto de textos publicados en diversos vehículos, escritos en los últimos dos años, que abarcan precisamente la primera mitad del tercer gobierno Lula. Cada texto puede leerse individualmente, como se pretendía originalmente, como un análisis situacional, casi un diario político testimonial, de los años en los que aún vivimos en peligro. Es decir, tras la estrecha victoria en las elecciones presidenciales que cambió la correlación política, pero no fue suficiente para cambiar la correlación de fuerzas sociales.
La fuerza de la nueva obra de Valerio Arcary, sin embargo, reside en ser tomada en su conjunto y en su totalidad. En este aspecto, recuerda un pasaje del texto “El fascismo es la verdadera cara del capitalismo” (1935) del dramaturgo alemán Bertold Brecht: “Quienes están contra el fascismo sin estar contra el capitalismo, quienes lamentan la barbarie que surge de la barbarie, Son como la gente que quiere comer ternera sin matar el ternero. Están dispuestos a comerse el ternero, pero no les gusta ver sangre. Se contentan fácilmente si el carnicero se lava las manos antes de pesar la carne”.
Con cada capítulo, Valerio Arcary nos recuerda con fuerza que la inalterada correlación social de fuerzas hace que la extrema derecha no sólo siga viva, sino también con capacidad de movilización y, trágicamente, con influencia sobre la clase trabajadora. En este sentido, es complementario a su trabajo anterior, El laberinto reaccionario (Planta, 2023). En todo momento nos recuerda que es en esta dura y diaria lucha contra esta extrema derecha donde reside la principal tarea de los tiempos que vivimos. Esto nos exige competir en las calles, en las redes, en la imaginación del presente y del futuro.
En tiempos de Javier Milei, Donald Trump, Benjamin Netanyahu y Narendra Modi, es ingenuo y delirante creer que una victoria electoral es suficiente para erradicar esta amenaza. Por tanto, la primera parte del libro, dedicada a la situación brasileña, se enriquece con la segunda, donde la situación brasileña puede ser entendida desde la perspectiva de las transformaciones y crisis del capitalismo global en este primer cuarto de siglo.
Así, aunque parte de sus análisis desde el calor de los episodios, la interpretación de Valerio Arcary no corre el riesgo de quedar anticuada porque el autor, marxista riguroso, no se dedica a los movimientos superficiales, sino que está atento a las condiciones estructurales, ya sea en las categorías esenciales del análisis marxista, ya sea utilizando la estructura y la formación económica y social de la sociedad brasileña, sustentadas en datos e interpretación histórica. Como en sus trabajos anteriores, la escritura didáctica, sin intenciones manualistas, permite al lector apropiarse no sólo de la interpretación, sino del método de análisis.
Por lo tanto, como comprenderá el lector, lamentablemente el análisis del primer año del tercer mandato podría aplicarse al final del segundo año, porque esencialmente, a modo de advertencia, la única posibilidad de cambiar la correlación social de fuerzas, en En un escenario internacional contrarrevolucionario, sería una opción del gobierno Lula para “gobernar en caliente”, movilizando o provocando la movilización popular y disputando ideológicamente a la sociedad. La opción de gobernar “en frío”, feliz de que las manos del carnicero estén limpias, esperanzado en que las entregas económicas hagan el trabajo de la política, resulta en un gobierno que retrocede más de lo que avanza, rehén de los humores del mercado financiero y del Centrão. .
Como líder político experimentado y experimentado, Valerio Arcary no escribe al margen de las organizaciones populares. Si escribe en el calor del momento, también escribe en el calor de los dilemas de activistas como él. Y, por lo tanto, cuando enumera posibilidades de lucha social, no la subcontrata ni la recomienda a otros, sino que se la ofrece a sí mismo y a las organizaciones en las que trabaja o tiene influencia. Por tanto, no es un analista irresponsable y sabe que en los análisis situacionales no prevalecen los deseos ni las idealizaciones, sino siempre la correlación de fuerzas.
Esto no le convierte en partidario de la política de “lo que es posible”. Por el contrario –y por eso la tercera parte del libro es complementaria a las anteriores- siempre tiene como horizonte el Socialismo y, como corresponde a los buenos líderes, sin teleología ni pesimismo, pero tomando como supuesto los datos de la realidad, al mismo tiempo que tenga la sensibilidad para percibir acciones y valores, como el internacionalismo, que están presentes en nuevos movimientos o expresiones de izquierda y que pueden ser embrionarios de una nueva etapa de luchas y organizaciones populares.
Valerio Arcary no escribe para dejar constancia del pasado, aunque lo haga, ni para dejar huellas para el futuro. Su destino es el presente, intervenir mientras haya tiempo para que la lucha social provoque un cambio en el lamentable rumbo en el que nos encontramos. Su atención se centra en qué sociedad y qué izquierda surgirán si logramos –o no– superar el legado de la extrema derecha y los límites del lulismo.
*Miguel Enrique Stedile Tiene un doctorado en Historia por la UFRGS y es miembro del equipo de coordinación del Instituto Tricontinental de Investigaciones Sociales.
referencia

Valerio Arcary. La trampa del bolsonarismo y los límites del lulismo. São Paulo, Usina Editorial, 2024, 334 páginas. [https://amzn.to/4hj3zfN]
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