50 años de la Asamblea del Pueblo en Bolivia

Imagen: André Ulises de Salis
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por EVERALDO DE OLIVEIRA ANDRADE*

En octubre de 1970, una huelga general derrotó un golpe de Estado militar en el país andino, cuando se instaló la Comuna de La Paz.

En octubre de 1970 una huelga general encabezada por la Central Operaria Boliviana (COB) derrotó un golpe de Estado militar. Este movimiento sólo fue posible después de un período de organización y construcción de la unidad de los trabajadores, sus sindicatos y organizaciones políticas, y la división política y debilitamiento de las fuerzas armadas bolivianas. Desde noviembre de 1964, Bolivia vive bajo una dictadura militar. El 4 de noviembre, el general René Barrientos encabezó el golpe de Estado que derrocó al régimen del MNR (Movimiento Nacionalista Revolucionario) que había llegado al poder tras la revolución de abril de 1952. obreros y campesinos.

También en ese período -impulsado directamente por las movilizaciones revolucionarias- se inició una reforma agraria, se instituyó el sufragio universal y se nacionalizaron las grandes empresas mineras de estaño del país. El núcleo de la movilización obrera estuvo en los sindicatos mineros, que lograron conformar la entonces poderosa COB. Este, en su período inicial, actuó como un verdadero poder obrero en una situación de doble poder con el gobierno del MNR. Si bien el MNR logró en los años siguientes desmantelar el núcleo revolucionario en el movimiento obrero, persiguiendo a los militantes del POR (Partido Operário Revolucionário, entonces una sección de la Cuarta Internacional) y otros partidos influyentes de izquierda en la COB, co -optando a buena parte de los dirigentes sindicales con cargos de gobierno, corrompiendo a una parte de los dirigentes campesinos, aún no había logrado consolidarse como poder. Fue visto como un régimen poco confiable para los intereses del imperialismo.

Las movilizaciones obreras y campesinas se reanudaron en la década de 1960 y esto estuvo en parte relacionado con el impacto del triunfo de la revolución cubana en 1959. Con el apoyo de Estados Unidos, los gobiernos del MNR no sólo habían logrado desmantelar el impulso revolucionario, sino que también habían implementó los primeros “planes de ajuste” del FMI en América Latina, disolvió las milicias armadas de los sindicatos y reconstruyó el ejército boliviano. Fue este ejército el que se volvió contra el propio MNR y al servicio de los intereses imperialistas estadounidenses en Bolivia en 1964.

Sin embargo, cabe señalar que la presencia cercana de la revolución y los ecos de la derrota en la Guerra del Chaco, conflicto armado con Paraguay (1932-1936), que derivó en la nacionalización del petróleo boliviano en 1937 por parte de los militares, no no garantiza la completa cohesión del ejército boliviano frente a los intereses nacionales. Había una ideología nacionalista que calaba en parte de los funcionarios bolivianos y que se contradecía en parte con un sometimiento total a los intereses del imperialismo norteamericano.

La COB por un frente “antiimperialista”

En 1969 el general René Barrientos -en cuyo gobierno fue capturado y asesinado Ernesto Che Guevara- muere en un accidente aéreo. El ejército mantiene el control del país y asume el gobierno el general Ovando Candia, lo que trae como novedad un intento de apertura política permitiendo el regreso de los dirigentes sindicales y militantes de izquierda exiliados, permitiendo la realización de congresos sindicales y la circulación de periódicos. También en este período se nacionalizó la empresa estadounidense Gulf Oil y se debatió un proyecto de desarrollo industrial basado en los yacimientos minerales del país, vinculado a un intento de política exterior independiente.

El ejército se divide y un ala acusa al gobierno de hacer peligrosas concesiones a la izquierda. El movimiento obrero busca aprovechar la pequeña apertura para reorganizarse rápidamente. A pesar de los matices democráticos y nacionalistas, ese mismo ejército y sus generales no solo asesinaron al Che Guevara, sino que reprimieron salvajemente a los sindicatos mineros en la infame Masacre de San Juan en 1967, ametrallando a decenas de trabajadores. La COB realiza su IV Congreso Nacional en mayo de 4 y aprueba una tesis socialista proponiendo realizar el más amplio frente antiimperialista para recuperar no sólo la democracia, sino también abrir el camino a un régimen socialista.

Durante este período, el gobierno de Salvador Allende subió al poder en Chile y en Perú, el general Velasco Alvarado inició un amplio programa de nacionalización de empresas y reforma agraria, que tuvo repercusiones políticas directas en la región. La reacción de las fuerzas conservadoras articuladas con los intereses de los EE.UU. y la dictadura brasileña se expresó y reaccionó rápidamente.

Radicalización tras un golpe fallido

El 4 de octubre de 1970 el general Rogélio Miranda intenta derrocar al gobierno del general Ovando con un golpe militar. La clase obrera boliviana, organizada en torno a la COB y sus sindicatos, tomó la iniciativa y el día 6 se conformó el “Comando Político de la COB y el Pueblo”, que decretó un paro general para el 7 de octubre. El golpe militar se estanca y el ejército se divide aún más. Un ala encabezada por el general Juan José Torres negocia acciones con la COB buscando formar un gobierno compartido. El comando político de la COB presenta una plataforma de reivindicaciones o “Mandato de las Fuerzas Populares” y busca avanzar en un camino independiente explorando la posibilidad de división y fragilidad del ejército. Los generales Ovando y Rogélio Miranda se retiran y el gobierno de Torres, con el apoyo de la COB, asume el poder. La huelga general logra derrotar a los golpistas y abre un hueco para una ofensiva independiente del movimiento obrero y popular. El General Torres busca el apoyo y compromiso del movimiento sindical, sin embargo, sin desmantelar ni detener a los militares golpistas, que seguían conspirando.

La situación de inestabilidad del nuevo gobierno se prolongaría hasta agosto de 1971 y Torres buscó el equilibrio entre la ofensiva independentista del movimiento obrero y la presión del golpe militar de extrema derecha. El 11 de enero de 1971, estos militares intentaron nuevamente tomar el poder sin éxito en un nuevo intento de golpe de Estado ahora encabezado por el coronel Hugo Banzer. La COB y el Comando Político, que agrupa a partidos y entidades, reaccionaron, movilizaron a los trabajadores y luego decidieron tomar una iniciativa más audaz: convocar a una asamblea popular, una especie de parlamento obrero-popular con delegados elegidos directamente por los trabajadores y campesinos. . El objetivo es allanar el camino para la construcción de un poder autónomo e independiente capaz de derrotar a los gobiernos militares a través de la democracia. Un proceso de elección de diputados involucra a los sindicatos, al movimiento campesino y al movimiento estudiantil, los principales partidos políticos y se extiende por todo el país.

La Asamblea Popular se instala en el edificio del parlamento ocupado

El 1971 de mayo de XNUMX, tras una marcha de decenas de miles de trabajadores por la capital, La Paz, la clase obrera ocupa la sede del parlamento boliviano, que fue clausurada. Se proclama la Asamblea Popular o Comuna de La Paz.

Durante algunas semanas de junio y julio (22 de junio al 2 de julio) se realizan sesiones de debate entre diputados electos de todo el país. Se aprueban varias resoluciones que buscan allanar el camino para un poder obrero autónomo y popular. Al mismo tiempo, en los departamentos se forman Asambleas Populares regionales, iniciando un movimiento de autoorganización popular.

Se trataba de explotar las debilidades y divisiones del régimen militar boliviano y construir una mayoría nacional en torno a la Asamblea Popular. Era necesario involucrar principalmente a la gran masa campesina del país y actuar en la base del propio ejército dividido y desmoralizado. Se aprueban varias resoluciones vinculadas a reivindicaciones populares. El proceso se estaba ampliando, pero aún no había tiempo para consolidarse, y se convocó a una nueva sesión nacional para el mes de septiembre.

La audacia y capacidad de articulación independiente y la unidad que revelaron las organizaciones de la clase obrera boliviana habían unido a la nación boliviana en torno a la democracia. Un paro general articulado en torno a demandas muy concretas logró dividir y derrotar el golpe militar de octubre de 1970, que señalaba un nuevo camino para la nación boliviana. Una nueva acción militar iniciada en la ciudad de Santa Cruz el 19 y culminada el 23 de agosto de 1971 en La Paz -con el apoyo de la dictadura brasileña y de los EE.UU.- interrumpió este movimiento democrático, obrero y popular en plena ascensión.

*Everaldo de Oliveira Andrade es profesor del Departamento de Historia de la FFLCH-USP. Autor, entre otros libros, de Bolivia: democracia y revolución. La Comuna de La Paz, 1971 (Avenida).

 

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