Por Flavio Aguiar*
En el Brexit ganó el pasado, derrotando al futuro. Allí, el miedo a la inmigración vista como descontrolada se unió al sentimiento nostálgico de un imperio que ya no existe.
Gilson Schwartz
Reino Unido está llamado una vez más a ser escenario del reto recurrente de ser vanguardista y tener los ojos y la mente puestos en la memoria casi insoportable de su propio pasado humano, blanco, sexista e imperial.
Por Ricardo Gebrim
Ninguna corriente u organización de izquierda puede sustraerse a una valoración profunda del proceso que nos llevó al golpe y de nuestros límites estratégicos, produciendo la necesaria autocrítica.
Por Flavio Aguiar*
En el Brexit ganó el pasado, derrotando al futuro. Allí, el miedo a la inmigración vista como descontrolada se unió al sentimiento nostálgico de un imperio que ya no existe.
Gilson Schwartz
Reino Unido está llamado una vez más a ser escenario del reto recurrente de ser vanguardista y tener los ojos y la mente puestos en la memoria casi insoportable de su propio pasado humano, blanco, sexista e imperial.
Por Ricardo Gebrim
Ninguna corriente u organización de izquierda puede sustraerse a una valoración profunda del proceso que nos llevó al golpe y de nuestros límites estratégicos, produciendo la necesaria autocrítica.