100 días de Javier Milei

Imagen: Acontecimientos extraños
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por BRUNO FABRICIO ALCEBINO DA SILVA*

El neoliberalismo no bromea con poner en riesgo el bienestar social

En su discurso de toma de posesión pronunciado el pasado 10 de diciembre, el líder ultraliberal Javier Milei proclamó un nuevo capítulo para la Argentina, declarando: “Hoy marca el inicio de una nueva era en nuestra nación. Hemos puesto fin al largo y oscuro período de decadencia y hemos abierto un camino de reconstrucción para nuestro país”. Sin embargo, esta visión optimista pronto fue cuestionada por los datos, que revelaron una triste realidad: en enero, el 57,4% de la población vivía por debajo del umbral de pobreza, frente al 49,5% en diciembre. Esta es la tasa más alta en dos décadas y afecta aproximadamente a 27 millones de personas. Además, la pobreza extrema también aumentó, pasando del 14,2% en diciembre al 15% en enero. De hecho, el neoliberalismo no bromea con poner en riesgo el bienestar social.

Evocando el pasado

El líder caricaturesco, cuya imagen y personalidad intenta chocar y fusionar lo tradicional con lo corriente principal pop, busca rescatar la grandeza argentina y superar el supuesto siglo de retraso, como lo reveló en su discurso de toma de posesión, haciendo elocuentes referencias al período del expresidente Domingo Sarmiento, autor del clásico Facundo: civilización y barbarie [1845] y un impulsor de la educación como forma de crear unidad cultural en un país entonces fragmentado. El actual presidente pretende recuperar un supuesto gran pasado, retomando los preceptos de la “constitución liberal de 1853, encaminada a garantizar los objetivos de libertad”, buscando elevar al país una vez más a la clasificación de “primera potencia mundial”, una hecho que nunca sucedió.

Así, el gobierno con su postura anti-establecimiento, representa una ruptura significativa con las políticas e ideologías tradicionales del peronismo y los movimientos progresistas. Con una retórica llena de referencias históricas distorsionadas y una narrativa simplista, Javier Milei intenta evocar un pasado glorioso que nunca existió. La constitución liberal de 1853, que selló la unidad nacional, se presenta como una panacea para todos los males de la Argentina moderna, mientras que el presidente omite convenientemente las profundas divisiones sociales y económicas que persistieron durante este período. Sin embargo, esta visión utópica ignora las necesidades y realidades de la gente común y corriente, relegando a millones al olvido en nombre de una ideología desacreditada.

Además, al culpar a los gobiernos anteriores exclusivamente por la situación económica actual, Javier Milei ignora los complejos factores que contribuyeron a la crisis, incluidas las desastrosas políticas neoliberales y la falta de inversión en infraestructura y desarrollo humano.

En lugar de ofrecer soluciones concretas a los desafíos que enfrenta el país, Javier Milei se entrega a una retórica vacía y simplista, apelando a un pasado ficticio para justificar sus políticas. Si bien promete una nueva era de libertad y prosperidad, la verdad es que su visión de un Estado mínimo sólo servirá para empeorar las desigualdades y marginar a los más vulnerables.

hito de 100 días

Luego de 100 días en el cargo, es posible realizar un análisis preliminar de gestión a partir de los datos revelados por el Atlas Intel, publicado el 19 de marzo, que ofrece una mirada integral a la percepción pública del gobierno y sus políticas.

La encuesta indica una clara división en la opinión pública, con una casi equivalencia entre aprobación y desaprobación del gobierno. Mientras que el 47,7% de los entrevistados dice aprobar la gestión, el 47,6% la desaprueba. Esta división se refleja en diferentes segmentos de la población, destacando una preferencia por la gestión de Javier Milei entre los hombres, personas con educación primaria, mayores de 60 años y quienes tienen ingresos superiores a los 500 mil pesos mensuales. En cambio, la desaprobación es más fuerte entre las mujeres, personas con educación superior, grupo etario entre 35 y 44 años, ingresos entre 100.000 y 200.000 pesos y residentes en la Patagonia.

fuente: Elaboración propia basada en datos de Atlas Intel.

Un aspecto destacable es la posición de Javier Milei como el dirigente nacional mejor valorado en términos de imagen, con un 47% de imagen positiva y un 51% de imagen negativa. Esto contrasta con otros líderes políticos, como el expresidente Alberto Fernández, quien enfrenta una imagen negativa del 84% (ver gráfico 1). El liderazgo de Javier Milei en esta métrica sugiere una fuerte conexión emocional con parte de la población, a pesar de las divisiones políticas. El sentimiento antiperonista creció exponencialmente, como quedó de manifiesto en las últimas elecciones con el retiro de la reelección de Alberto Fernández y el rechazo a Sergio Massa.

fuente: Elaboración propia basada en datos de Atlas Intel.

Sin embargo, algunas de las propuestas fundamentales del gobierno, como el decreto de necesidad y urgencia (DNU) 70/23, el “decretado” y la dolarización, no obtienen un apoyo mayoritario. La dolarización en particular enfrenta un rechazo significativo, con un 52% de los encuestados en contra. Esto resalta la necesidad de Milei de navegar hábilmente entre sus propuestas y la opinión pública, buscando un equilibrio entre su visión política y las necesidades del país.

fuente: Elaboración propia basada en datos de Atlas Intel.

El análisis de los miembros del gabinete también revela Insights importante, con la Ministra de Seguridad, Patrícia Bullrich, emergiendo como la única con una imagen más positiva que negativa, lo que puede expresar preocupación popular por la seguridad pública.

Al analizar políticas específicas, como la desregulación mediante Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) y la propuesta de dolarización de la economía, queda claro que ambas enfrentan más rechazo que aprobación. Este escenario refleja los importantes desafíos que enfrentará el gobierno de Javier Milei mientras intenta implementar sus propuestas clave. La resistencia de esta población a las medidas neoliberales es un claro indicio de los obstáculos que enfrenta el advenimiento del liberalismo extremo, especialmente en medio de la crisis económica y social que azota al país. El rechazo de las políticas propuestas sugiere una desconexión entre sus puntos de vista ideológicos y las necesidades y preocupaciones de la población argentina, apuntando a un acalorado debate sobre las direcciones económicas y políticas que debe seguir el país.

Sin embargo, la gestión de Javier Milei está bien evaluada en términos de transparencia, economía y relaciones exteriores. Esto sugiere un claro conflicto entre los datos oficiales, con un aumento de la pobreza y las dificultades económicas de las familias, y la percepción real de la población.

Económicamente, la encuesta indica preocupaciones generalizadas sobre la inflación y el futuro de la economía, y la abrumadora mayoría de los encuestados expresó pesimismo sobre los precios y el mercado laboral. Según los números revelados, el balance general de la economía argentina es alarmante: el 88% de los entrevistados la considera mala, mientras que sólo el 10% la califica como normal y apenas el 2% la ve bien (ver gráfico 4). Este análisis destaca la urgencia de adoptar medidas efectivas para estabilizar la economía y restaurar la confianza de los argentinos en las perspectivas futuras.

La alta inflación ha sido una preocupación persistente, erosionando el poder adquisitivo de los ciudadanos y generando incertidumbre sobre el futuro económico del país. Además, el mercado laboral enfrenta desafíos importantes, con altas tasas de desempleo y subempleo que afectan a millones de argentinos. El sombrío panorama económico se refleja no sólo en las estadísticas, sino también en las experiencias cotidianas de los ciudadanos, que luchan por hacer frente al aumento del costo de vida y la inestabilidad financiera.

Frente a estos desafíos, es crucial que el gobierno implemente medidas efectivas para enfrentar la crisis económica. Esto puede incluir políticas para controlar la inflación, estimular el crecimiento económico y crear empleos. Además, es fundamental promover reformas estructurales que mejoren la competitividad del país y fomenten la inversión. Restaurar la confianza de los argentinos en las perspectivas económicas requerirá no sólo una acción inmediata, sino también un compromiso a largo plazo con políticas sostenibles y responsables.

fuente: Elaboración propia basada en datos de Atlas Intel.

En resumen, los resultados de la encuesta revelan un importante descontento con la situación económica, la seguridad pública y la corrupción. Sin embargo, incluso frente a estas preocupaciones, Javier Milei todavía cuenta con el apoyo de aproximadamente la mitad del país. Pero si se compara con el porcentaje electoral de la segunda vuelta, que fue del 55%, se observa una caída significativa en el apoyo al gobierno ultraliberal.

La política exterior de Milei

Desde su ascenso al cargo de presidente de Argentina, Javier Milei ha llamado la atención no sólo por sus políticas internas, sino también por sus enfoques audaces en política exterior. Con una visión ultraliberal, calificada de “libertaria” por los medios, el presidente ha buscado redefinir las relaciones internacionales del país, lo que ya se ha traducido en algunos conflictos con importantes socios comerciales como Brasil y China.

Javier Milei, que se identifica como “anarcocapitalista”, ha manifestado su intención de estrechar lazos con lo que llama el “mundo libre”. Sin embargo, este cambio ideológico en la política exterior argentina ha generado conflictos con las relaciones de dependencia establecidas, especialmente con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y China. La rápida elección de adversarios, incluido el distanciamiento de foros como BRICS y Mercosur, sugiere un enfoque radical que podría resultar costoso para el país.

A pesar de la retórica de campaña de Javier Milei, su elección inicial de asesores económicos, algunos de los cuales trabajaron con el ex presidente Mauricio Macri, apunta a una búsqueda de pragmatismo macroeconómico. Esto se puede ver en el nombramiento de Santiago Bausili como jefe del Banco Central, lo que sugiere un enfoque más moderado para gestionar la economía, especialmente en relación con el dólar y las políticas monetarias.

Respecto a la renegociación de la deuda externa con el FMI, Argentina busca resolver temas financieros con el Fondo, pero las medidas internas propuestas por Javier Milei podrían afectar las negociaciones. Centrarse en el pragmatismo económico puede ser una estrategia para hacer frente a las presiones económicas y las negociaciones con los acreedores internacionales.

La negativa de Argentina a unirse a los BRICS y su acercamiento a Estados Unidos e Israel, aunque se distanció de Brasil y China, marcó un cambio significativo en la diplomacia. Esta decisión podría perjudicar la presencia de Argentina en foros internacionales y las relaciones comerciales con socios clave.

En relación con China, históricamente un importante socio comercial de Argentina, los cambios en la política exterior podrían amenazar las inversiones y las relaciones comerciales bilaterales. La decisión de Javier Milei de alinearse más estrechamente con Estados Unidos e Israel podría generar pérdidas en el mercado chino y afectar negativamente a la economía argentina.

La política exterior de Javier Milei en Argentina refleja un enfoque radical y motivado ideológicamente que busca desafiar las relaciones establecidas y fortalecer los vínculos con países alineados con sus puntos de vista libertarios. Sin embargo, este enfoque puede ser arriesgado ya que pone en riesgo relaciones comerciales vitales y la participación en importantes foros internacionales. Mientras Milei continúa navegando en la política exterior argentina, será crucial equilibrar sus convicciones ideológicas con las necesidades prácticas y los intereses económicos del país.

Ruptura

En el futuro inmediato, las tendencias emergentes en la política exterior argentina apuntan a un escenario de mayor polarización e incertidumbre, a medida que el gobierno de Javier Milei busca redefinir las relaciones internacionales del país con base en sus convicciones ideológicas. Este cambio ideológico podría desencadenar un aumento de la volatilidad diplomática y las disputas comerciales a medida que Argentina se aleja de sus socios tradicionales en favor de alianzas más alineadas con Estados Unidos e Israel.

Esta reorientación geopolítica podría generar tensiones adicionales con los países vecinos, especialmente Brasil, en el ámbito de la ONU y el Mercosur. El prometido acercamiento con Paraguay y Uruguay introducirá una nueva dinámica en las posiciones brasileñas en el Cono Sur, que podría resultar en enfrentamientos públicos, especialmente en temas de seguridad y lucha contra el crimen organizado. Además, Argentina ciertamente buscará ingresar a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), sin embargo, persiste la incertidumbre sobre si la membresía del país será aceptada por los miembros de la organización.

Sin embargo, a pesar de estas posibles fuentes de conflicto, es crucial que Argentina busque un equilibrio entre sus aspiraciones ideológicas y la necesidad de mantener relaciones pragmáticas y constructivas con sus socios regionales y globales. La cooperación y el diálogo constructivo seguirán siendo fundamentales para el desarrollo económico, la estabilidad política y la seguridad del país.

*Bruno Fabricio Alcebino da Silva Es Licenciado en Relaciones Internacionales y Ciencias Económicas en la Universidad Federal del ABC (UFABC)..


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