por OSVALDO COGGIOLA*
La Cuarta Internacional adoptó como objetivo continuar la lucha de la Tercera Internacional por el derrocamiento del capitalismo mundial mediante la revolución proletaria.
La Oposición de Izquierda del PCUS se creó a finales de 1923 contra la política seguida por el secretario general, Stalin, y su facción clandestina. La Oposición luchó tanto en el nivel de la política interna (por el derecho a la tendencia y la revitalización de los soviets, por un plan de industrialización que fortalecería la base social de la dictadura del proletariado) como en el nivel de la política internacional (contra la teoría del “socialismo en un solo país”, por una orientación revolucionaria hacia la Internacional Comunista, incluido el frente único de trabajadores contra el nazismo).
Tu destino es conocido; casi todos sus miembros, incluidos muchos líderes revolucionarios de 1917, fueron masacrados por la represión estalinista, no sin antes organizarse internacionalmente, rompiendo en 1933 (poco después de la victoria de Hitler en Alemania) con la Internacional Comunista, y fundando en 1938 la Cuarta Internacional, considerada por el organizador del Ejército Rojo como la obra más importante de su vida.
La Cuarta Internacional adoptó como objetivo continuar la lucha de la Tercera Internacional por el derrocamiento del capitalismo mundial mediante la revolución proletaria, lo que la colocó en oposición irreductible a la política de “coexistencia pacífica (o emulación). León Trotsky rechazó cualquier explicación del estalinismo como una “desviación” debida al “culto a la personalidad”. Todo fenómeno político tenía una raíz social: el estalinismo fue la burocratización del Estado soviético, debido a su aislamiento internacional y asedio imperialista. Como resultado, planteó la necesidad de una revolución política en la URSS, que devolvería el poder político al proletariado, y luchó por la creación de instrumentos políticos desde esta perspectiva.
La victoria del Ejército Rojo en la guerra civil rusa (1918-1921) no tuvo continuidad con el inicio de la crisis del Estado soviético y del partido bolchevique. Un año antes del levantamiento de Kronstadt (1921), de hecho en el movimiento final hacia la NEP (Nueva Política Económica), León Trotsky – solo, en el buró político del partido bolchevique – había propuesto renunciar a la política de “comunismo de guerra” motivado por la cuestión del abastecimiento del ejército, pero no encontró el apoyo necesario. León Trotsky pensó que era necesario sustituir el sistema de apropiación de excedentes por un impuesto progresivo in natura.
Esta política fue adoptada a finales de 1921, en el X Congreso del partido. El retraso de la revolución internacional significó que se necesitaban medidas especiales para mantener el Estado obrero. El largo período de guerra civil había devastado la economía rusa. La política del comunismo de guerra, diseñada para defender a la Rusia soviética de los intentos del imperialismo de destruirla hasta que la clase trabajadora de Europa pudiera acudir en su ayuda, fue reemplazada por la NEP, una concesión al capitalismo diseñada para revivir la agricultura, que ha logrado logros considerables. éxito en la regeneración de la vida económica del país. Sin embargo, la economía desarrolló el efecto tijera: la brecha creciente entre las dos líneas del gráfico representa el aumento de los precios de los productos manufacturados y la caída de los precios de los productos agrícolas. La producción disminuyó, los salarios se retrasaron y los trabajadores se vieron obligados a hacer huelga. Lo que se necesitaba era un programa para levantar la industria. León Trotsky propuso que se introdujera la planificación.
En noviembre de 1922, Lenin escribió: “Remito a aquellos que no han comprendido suficientemente nuestra NEP al discurso del camarada León Trotsky y al mío sobre esta cuestión en el Cuarto Congreso de la Internacional Comunista”. Diez días después, Lenin se dirigió a León Trotsky: “He leído sus tesis sobre la NEP y las considero en general muy buenas; Algunas formulaciones están muy bien elaboradas, algunos puntos me parecen discutibles. Mi deseo, ahora, sería publicarlos en los periódicos y luego rápidamente reimprimirlos en folletos”.
Este folleto nunca fue publicado debido a interferencias burocráticas. La lucha contra la burocratización del Estado y del partido fue, en palabras de Moshe Lewin, “la última lucha de Lenin”, que pretendía llevar a cabo en alianza con León Trotsky. El reproche más frecuente a León Trotsky es el de no haber hecho pública esta alianza, o de no haber sido coherente con ella, especialmente en la cuestión nacional georgiana (contra el chovinismo granruso de la naciente burocracia, y de Stalin en particular). ) y sobre la cuestión de revelar y aplicar el “Testamento” de Lenin (que defendía, entre otros puntos, la destitución de Stalin del cargo de secretario general).
Respecto al primer tema, León Trotsky escribió: “La idea de formar un 'bloque' Lenin-Trotsky contra la burocracia sólo la conocíamos Lenin y yo. Los demás miembros del Buró Político sólo tenían vagas sospechas. Nadie sabía nada de las cartas de Lenin sobre la cuestión nacional ni del Testamento. Si hubiera empezado a actuar, podrían decir que estaba iniciando una lucha personal para ocupar el lugar de Lenin. No podía pensar en ello sin que se me pusiera la piel de gallina. Pensé que, aunque ganara, el resultado final sería para mí una desmoralización tal que me costaría muy caro. En todos los cálculos entraba un elemento de incertidumbre: el propio Lenin y su estado de salud. ¿Puede expresar su opinión? ¿Te quedará tiempo para eso? ¿Entenderá el partido que Lenin y León Trotsky están luchando por el futuro de la revolución y no que León Trotsky está luchando por la posición del enfermo Lenin? … La situación provisional continuó. Pero el retraso favoreció a los usurpadores, ya que Stalin, como secretario general, dirigió toda la maquinaria estatal durante el interregno”.[i]
En cuanto a la cuestión nacional georgiana, Lenin hizo pública su ruptura con Stalin en los últimos días de 1922, poco antes de quedar casi completamente apartado de la política por una enfermedad. Como comisario para las Nacionalidades, Stalin había “sovietizado” Georgia militarmente, no sólo contra la voluntad de la mayoría de la población, sino también de los bolcheviques georgianos. Dos de ellos (Mdivani y Macaradze) protestaron públicamente.
Lenin se expresó luego en una “Carta al Congreso” (del partido): “Creo que, en este episodio, la impaciencia de Stalin y su gusto por la coerción administrativa, así como su odio contra el famoso 'socialchovinismo', ejercieron una influencia fatal... la influencia del odio sobre la política en general es extremadamente desastrosa. Nuestro caso, el caso de nuestras relaciones con el Estado de Georgia, constituye un ejemplo típico de la necesidad de utilizar la máxima prudencia y mostrar un espíritu conciliador y tolerante, si queremos resolver la cuestión de una manera auténticamente proletaria…”.
Continuó más tarde, refiriéndose a Stalin: “El georgiano que se muestra desdeñoso ante este aspecto del problema, que lanza descaradamente acusaciones de socialnacionalismo (cuando él mismo es un auténtico socialnacionalista y también un vulgar verdugo granruso) , este georgiano, en efecto, viola los intereses de la solidaridad de clase proletaria... Stalin y Djerzinski deben ser nombrados políticamente como los responsables de esta campaña”.
Los historiadores soviéticos han demostrado que León Trotsky no sólo aceptó el bloque con Lenin en este sentido, sino que también fue políticamente coherente con él (lo que no significa que este bloque tuviera garantizada su victoria).[ii] En el XII Congreso del partido, en 1923, León Trotsky y Bujarin defendieron la posición de Lenin sobre el problema de las nacionalidades frente a Stalin, el secretario general. Al mismo tiempo, ante la “crisis de las tijeras”, León Trotsky defendió las ayudas estatales a la industria para bajar los precios. León Trotsky presentó el informe “Sobre la industria”, que fue recibido por los delegados con ardientes y prolongados aplausos.
Este informe presentó una perspectiva para el desarrollo de la industria en los años siguientes. Su punto esencial coincidía con la tesis incluida en la resolución del Congreso: “Sólo una industria que ofrece más de lo que consume puede salir victoriosa. La industria que vive a expensas del presupuesto, es decir, la agricultura, no sabría crear el apoyo estable y duradero necesario para la dictadura del proletariado”.
En el último año de su vida, Lenin fue testigo del inicio de una división dentro del partido bolchevique. El contexto social de 1923 fue el de una nueva ola de huelgas, con la formación de grupos obreros de oposición. El contexto global era el de la esperanza de un “Octubre alemán” (un giro favorable de la revolución mundial). En el contexto de la derrota alemana, León Trotsky envió una carta al Buró Político criticando el régimen interno del partido, apoyada por una declaración de 46 “viejos bolcheviques”: había nacido la Oposición de Izquierda, contra la cual luchó “troica“Líder de Stalin-Zinoviev-Kamenev. La organización de la Oposición, con la “Carta”, de octubre de 1923, se tomó después de recorrer todos los caminos políticos restantes, y no sólo tuvo en cuenta la situación interna de la URSS, sino también la situación internacional.
La revolución alemana fue un momento clave en la lucha interna del partido bolchevique, cuando se manifestó una facción interna organizada contra su burocratización, encabezada por León Trotsky. En una situación revolucionaria, como la existente en Alemania, las vacilaciones de Zinoviev (principal líder de la Internacional Comunista) fueron un factor decisivo en la derrota. Pero tenían un claro origen en la presión de Stalin (“es necesario detener a los alemanes, no presionarlos”).[iii] La derrota alemana condenó a la revolución rusa a un período indefinido de aislamiento.
Ante la crisis, el Buró Político estableció un “nuevo rumbo”. León Trotsky atacó la burocratización del Estado y del partido, la jerarquía de los secretarios, y evocó el peligro de degeneración de la revolución. El régimen militar dentro del partido, impuesto por las condiciones de la guerra civil, estaba generando un peligro mayor para el futuro de la revolución: una vasta jerarquía burocrática tomando forma en lugar de una burocracia elegida libremente. León Trotsky, en el folleto titulado Nuevo caminoPidió la democracia obrera y la erradicación de la burocracia ligada a la perspectiva de una rápida construcción industrial mediante la introducción de un plan económico general. A "troicaLo acusó de promover la “lucha de generaciones” y defendió al partido y al aparato estatal.
Las preocupaciones de Lenin sobre la burocratización del partido bolchevique y del Estado soviético, registradas en un documento que llegó a ser conocido como su “testamento”, causaron gran vergüenza; En una reunión celebrada en vísperas del XIII Congreso, se decidió no destituir a Stalin de su cargo (a petición de Lenin) y publicar el documento sólo a los principales delegados. La decisión de no hacer público el documento fue adoptada por el pleno del Comité Central del partido. León Trotsky se lo comunicó en secreto a su partidario norteamericano Max Eastman, quien lo publicó en Estados Unidos, y luego fue desmentido por el propio León Trotsky.
Por esta y otras razones, algunas denuncias señalan a León Trotsky como corresponsable del ascenso de Stalin, que fue objeto de una observación de Ernest Mandel contra quienes “quieren demostrar simultáneamente dos cosas enteramente contradictorias: por un lado, que León Trotsky cometió muchos errores tácticos; por otro lado, que la victoria de Stalin era inevitable, porque correspondía a las condiciones objetivas de Rusia en aquel momento. Esto es particularmente claro en Issac Deutscher, donde estas dos tesis se entrelazan continuamente”.[iv]
La mayoría de los “kremlinólogos” presentaron la historia del PC ruso después de la muerte de Lenin como una “lucha por la sucesión”: esto es, por decir lo menos, una simplificación. En enero de 1924 murió Lenin. León Trotsky, enfermo, no asistió a los funerales (aparentemente por error de Stalin en cuanto a la fecha). Poco después, la Oposición de Izquierda fue condenada en la XII Conferencia del PC, que condenó el “fraccionalismo” de la Oposición y puso en práctica la “promoción Lenin” (reclutamiento masivo de militantes inexpertos). La Oposición fue eliminada de la prensa y, poco después, del partido, con métodos burocráticos (desplazamiento de opositores, votaciones de “cierre” en células y comités).
El “pasado menchevique” de León Trotsky fue atacado en la prensa: Stalin lo llamó “patriarca de los burócratas”. Siguieron una serie de provocaciones e insultos contra León Trotsky que polarizaron el escenario. Contra León Trotsky se descubrió una carta olvidada, escrita por él en 1913, dirigiendo duras palabras contra Lenin. El objetivo, con su publicación, era claro: mostrar la incompatibilidad entre “leninismo” y “trotskismo”. El idilio entre León Trotsky y la prensa soviética se desvaneció rápidamente.
El 23 de febrero de 1924, el sexto aniversario de la creación del Ejército Rojo, todavía se celebraba a León Trotsky por parte del Izvestia de los soviets. Más o Pravda, órgano oficial del partido, ya había empezado a olvidarlo. “Estimado camarada Lev Davidovitch”, escribió el Izvestia – en el sexto aniversario de nuestro glorioso Ejército Rojo, la asamblea general del Sóviet de Moscú envía un cordial saludo a quien lo organizó y dirigió”. El periódico también publicó un boletín médico, explicando que León Trotsky había sido obligado a descansar en el Sur. Pravda, por el contrario, dio cobertura a las celebraciones del Ejército Rojo, sin mencionar el nombre de León Trotsky. En un artículo se afirmaba que sólo Lenin era el líder y organizador del Ejército Rojo.
En este clima general, León Trotsky contraatacó publicando, en septiembre de 1924, el texto Lecciones de octubre donde, discutiendo cuestiones de estrategia revolucionaria, atacó la pasada hostilidad de Zinoviev y Kamenev hacia la insurrección de octubre de 1917, episodio repetido en Alemania en 1923, nuevamente con Zinoviev (ahora jefe de la Internacional Comunista). La “troika” se solidificó frente al debate provocado por León Trotsky, quien dimitió de la Comisaría de Guerra en 1925. En torno a las tesis de Bujarin se diseñó otra oposición (“de derecha”), defendiendo y profundizando la NEP.
El 2 de noviembre de 1924, el Pravda dio la señal de la campaña “antitrotskista”, con un texto de Bujarin: “El libro del camarada León Trotsky (Lecciones de octubre) se está volviendo rápidamente "de moda". Esto no es de extrañar, ya que su principal objetivo es causar sensación en la fiesta... La introducción (clave de la obra) está escrita en un lenguaje un tanto enigmático. Las alusiones e insinuaciones no pueden ser fácilmente percibidas por el lector profano. Por eso es necesario desentrañar los misterios de este lenguaje oculto (tan del agrado de León Trotsky, a pesar de sus exigencias de "claridad en la crítica"). El autor asume la responsabilidad de intervenir contra la línea política adoptada por el partido y la Comintern. Esta intervención no tiene un carácter puramente teórico, sino que por el contrario se asemeja a un programa político diseñado para anular las decisiones de los congresos…”.
La viuda de Lenin, Nadedja Krupskaia, escribió en el mismo Pravda, el 16 de diciembre de 1924: “No sé si el camarada León Trotsky es realmente culpable de todos los pecados mortales de los que se le acusa, no sin intenciones controvertidas. Pero el camarada León Trotsky no debería lamentarse de esto. Él no nació ayer y por lo tanto debe saber que un artículo escrito en el tono de Lecciones de octubre sólo puede suscitar controversia. Pero ese no es el quid de la cuestión. El hecho es que al invitarnos a meditar sobre las 'lecciones del Octubre Rojo', propone enfocarlas precisamente desde el ángulo equivocado... En los años decisivos de la revolución, el camarada León Trotsky dedicó todas sus fuerzas a la lucha para el poder soviético. Emprendió con valentía una tarea difícil... El partido nunca lo olvida. Pero la lucha que comenzó en octubre (1917) aún no ha terminado. Es necesario luchar duramente para alcanzar los objetivos perseguidos por la Revolución de Octubre. En este punto, sería mortal desviarse del camino leninista. Y cuando un camarada como León Trotsky se desvía, quizás inconscientemente, por el camino de la revisión del leninismo, el partido tiene el deber de intervenir”.
En diciembre de 1924, Bujarin escribió un artículo centrado en los desacuerdos entre Lenin y León Trotsky. Stalin, días después, publicó un extenso artículo afirmando que “la revolución permanente de León Trotsky es la negación de la teoría de Lenin sobre la revolución proletaria”. Sus declaraciones tuvieron un gran impacto en la defensa del “socialismo en un solo país” al ofrecer un objetivo positivo y definible, al poner fin a las expectativas de ayuda del exterior y al masajear el orgullo nacional al presentar la revolución como el fruto del “ espíritu de vanguardia” del pueblo ruso.
La controversia de 1924 sólo tuvo un gran ganador: Stalin, que se benefició del desgaste mutuo al que fueron sometidos León Trotsky y Zinoviev-Kamenev: “La mayoría de los miembros del partido, para quienes la revolución de 1917, en el mejor de los casos, no fue nada Más que una leyenda gloriosa, tal vez admitió con cierta amargura el "mal" papel desempeñado por León Trotsky, sin creer realmente en los méritos del "bueno" Zinoviev. En troica, el discreto Stalin es el menos afectado, ya que su posición en segundo plano en 1917 le permite escapar del descrédito que sacude a los antiguos titulares de los primeros puestos”.[V]
A finales de 1925 se produjo un cambio de rumbo: Zinoviev y Kamenev, responsables del PC en Leningrado, atacaron la política pro-kulak y retomaron las tesis de León Trotsky sobre la democracia de partidos (en privado, le revelaron los métodos burocráticos utilizados contra él en 1923-1924). Pero el peso del aparato tenía una ventaja: en el XIV Congreso, la oposición Zinoviev-Kamenev fue aplastada por la alianza Stalin-Bujarin, que impuso a Sergei Kirov como jefe del partido en Leningrado. Zinoviev y Kamenev se acercaron a León Trotsky, formando la Oposición Unida en 1926, que agrupaba a unos 8.000 militantes, con numerosos “viejos bolcheviques”.
Con su mayoría en los órganos de gobierno, Stalin aprovechó la situación para subordinar el aparato del partido en Leningrado, a la base de Zinoviev y Kamenev, lo que llevó a este último, en un giro de 180 grados, a buscar una alianza con León Trotsky, resistida inicialmente por los miembros de la Oposición de Izquierda. La alianza finalmente se concluyó, gracias a la intervención del propio León Trotsky, creando la Oposición Unida.
Tres de los cinco líderes indiscutibles del partido eran opositores (Zinoviev, Kamenev y León Trotsky): la Oposición parecía ser una alianza de los viejos bolcheviques, el grupo de los “camaradas” de Lenin, contra Stalin y Bujarin. Una alianza de revolucionarios, no de “administradores”, de la que también formaban parte un buen número de comisarios del Ejército Rojo. ¿Influencia de León Trotsky? ¿Pero no estaba también en la Oposición Ivar Smilga, que tuvo serios conflictos con León Trotsky en la guerra civil? Y también Muralov, el héroe de las batallas de Moscú, Mrachkovsky (nacido en la prisión del zarismo), IN Smirnov, un trabajador llamado “la conciencia del partido…”.
La lucha de la Oposición Unida duró de 1925 a 1927 y estuvo fuertemente condicionada por la situación internacional, especialmente por el destino de la revolución china, que aparecía como la gran esperanza de sacar a la URSS del aislamiento internacional. El centro político del debate se trasladó a la Internacional Comunista, donde León Trotsky se enfrentó al dúo Stalin-Bujarin; su centro teórico era la cuestión de la “revolución permanente”.[VI]
La teoría de la revolución permanente fue acusada de no tener en cuenta los cambios entre la revolución de 1905 y la de octubre de 1917. Era, según Kamenev, “directa como el vuelo de un cuervo”. Bujarin concedió cierta brillantez a León Trotsky, pero objetó su postura formal y literaria en cuestiones políticas. El líder comunista italiano Antonio Gramsci, ya encarcelado por fascismo, señaló en su Cuadernos de prisiones que “Bronstein [León Trotsky] puede ser considerado el teórico político del ataque frontal, en un período en el que éste sólo puede ser causa de derrota”. Comparándolo con Lenin, añadió que “Bronstein, que aparece como un 'occidentalista', era, por el contrario, un cosmopolita, es decir, superficialmente nacional y superficialmente occidental o europeo. En contraste, Ilich [Lenin] era profundamente nacional y profundamente europeo. Bronstein, en sus memorias, recuerda que le dijeron que su teoría demostró ser válida quince años después, y responde al epigrama con otro epigrama. Su teoría, de hecho, no era correcta quince años antes ni quince años después... sólo acertó en su predicción práctica más general, como si predijera que una niña de cuatro años algún día será madre, y cuando eso sucede, a los veinte años, afirmó 'lo había adivinado', sin recordar que si hubiera violado al niño a los cuatro años no habría sido madre. Me parece que Ilich había comprendido que se había producido un cambio de la guerra de movimiento, aplicada victoriosamente en el Este en 1917, a la guerra de posición, la única posible en el Oeste, donde en un corto espacio de tiempo los ejércitos puede acumular enormes cantidades de munición”. [Vii]
Respecto a la cuestión de la “guerra de posición” (que Gramsci identificó con la “táctica del Frente Unido”) y la “guerra de movimiento”, Perry Anderson cuestionó la opinión de Gramsci,[Viii] quien, por otra parte, no podía ignorar que el propio León Trotsky fue uno de los formuladores de la política del Frente Único en la Internacional Comunista. La crítica de Gramsci a la “revolución permanente” fue prácticamente la misma que formuló Kamenev, simplemente ignoró el contenido de esta teoría, que no consistía en ignorar las etapas del desarrollo histórico, sino en establecer la dinámica de la transición de una etapa a otra. a otro bajo ciertas condiciones (las de la existencia del proletariado como clase). En ambos casos, la opinión de Gramsci parecía menos basada en un examen de textos y acontecimientos que en la imagen caricaturesca de León Trotsky forjada en el marco de la lucha entre facciones que presenciaron el surgimiento de la burocracia estalinista.
Años más tarde (ya en el exilio), León Trotsky respondió a las críticas en su artículo Tres concepciones de la Revolución Rusa: “La acusación frecuente en los escritos de los teóricos moscovitas de hoy de que el programa de la dictadura del proletariado era 'prematuro' en 1905 no viene al caso. En un sentido empírico, el programa de la dictadura democrática del proletariado y los campesinos también resultó ser "prematuro". La combinación desfavorable de fuerzas en el momento de la primera Revolución impidió no sólo la dictadura del proletariado, sino sobre todo la victoria de la revolución en general”.
León Trotsky no sólo mantuvo la idea de la “revolución permanente”, sino que amplió, después de 1917, su campo: de una teoría que inicialmente explicaba el vínculo entre las distintas fases de la revolución (democrática y socialista), también a su vínculos internacionales y a la dinámica posrevolucionaria. León Trotsky no sólo sentó las bases para comprender la burocratización del Estado surgida de la revolución (que muchos marxistas atribuyeron al hecho circunstancial de que León Trotsky sobrevivió a Lenin) sino que también estableció toda una teoría de la época histórica: la “era de revolución" . León Trotsky ridiculizó el intento estalinista de construir un “leninismo” artificial opuesto no sólo al llamado trotskismo, sino también al marxismo de Marx: según la definición de Stalin (“el leninismo es el marxismo de la era de las revoluciones proletarias”), el marxismo de ¡Marx era prerrevolucionario!
Desde los inicios de la Internacional Comunista, el PC ruso jugó un papel central, no sólo por su autoridad política, sino también a través de la ayuda financiera a otros partidos comunistas, que se convirtió en un derecho de tutela. En poco tiempo, los partidos comunistas que apenas se habían emancipado del “modelo socialdemócrata” se encontraron ante una “bolchevización” que les impuso un “modelo” monolítico, basado en un aparato rigurosamente centralizado. El aparato internacional del CI fue creado a partir del financiamiento de la URSS y de la cooptación, a partir de la docilidad y posicionamiento de los dirigentes en relación a las luchas internas del PC ruso.
A partir de 1924, en todos los PC se creó una “fracción del CI” que, a finales de la década, sería el aparato internacional del estalinismo, cuya construcción requirió la eliminación de los líderes pioneros del comunismo en varios países: Alfred Rosmer. y Pierre Monatte en Francia, Heinrich Brandler y los antiguos partidarios de Rosa Luxemburgo en Alemania. Fue el comienzo de las carreras de Palmiro Togliatti en Italia, Maurice Thorez y Jacques Doriot (futuro fascista) en Francia, Ernest Thälmann y Walter Ulbricht en Alemania. En algunos casos, la situación rozaba el ridículo. La “nueva política” en China fue explicada por el ex menchevique Martinov, quien reivindicaba para China la misma teoría que le oponía a Lenin: la “revolución por etapas”…
En el PC soviético, después de cierto éxito inicial de la Oposición Unida, los “métodos” de 1923 fueron nuevamente utilizados contra ella, en mayor escala y profundidad, incluidas provocaciones policiales (como el uso por parte de la Oposición de la imprenta de una antigua Oficial Wrangel, jefe de la contrarrevolución “blanca” en la guerra civil: de hecho, era agente de la GPU, la policía política). La Oposición acabó amordazada. A pesar del nuevo estallido oposicionista de 1927, cuando las esperanzas de la revolución china, primero, y la condena de la política suicida impuesta por Stalin-Bujarin en China, después, ampliaron las bases de la Oposición, ésta finalmente fue aplastada, siendo sus tesis expulsado de la circulación general.
Sin embargo, la victoria de Stalin contra la izquierda no fue automática y tuvo que atravesar una serie de crisis. La Oposición lanzó una ofensiva de crítica contra la “línea china” de Stalin y Bujarin. Stalin respondió administrativamente, con mutaciones, exclusiones y represión, incluso contra la manifestación de la oposición en la terminal ferroviaria de Yaroslavl, cuando su líder Ivar Smilga fue trasladado al Lejano Oriente.
La derrota en Alemania no fue el último episodio del fracaso de la revolución europea. El Comité Anglo-Ruso, inicialmente diseñado para atraer a los líderes sindicales de izquierda a la influencia de las uniones soviéticas, adoptó rápidamente una política conciliadora que llevó a la traición de la huelga general de 1926 que León Trotsky pidió que se disolviera. Zinoviev inicialmente vaciló, pero al final apoyó el punto de vista de León Trotsky. Sin embargo, Stalin no renunció a esta política. Cuando los líderes sindicales británicos apoyaron el ataque imperialista británico a Nanking en 1927, el grupo estalinista no rompió con ellos. Por el contrario, fueron los dirigentes sindicales británicos quienes abandonaron a sus amigos cuando ya no los necesitaban. La huelga general de 1926 no sólo fue un acontecimiento histórico en la historia británica, sino también en la vida del partido ruso. Los escritos de León Trotsky en ese período, ¿Adónde va Gran Bretaña? e Lecciones de la huelga general, en particular, fueron una lectura decisiva del futuro inmediato de la revolución europea.
Las dos facciones del PC soviético estaban en crisis: León Trotsky maniobró para retener a Zinoviev y Kamenev, que aspiraban a la “unidad” con Stalin y Bujarin; En agosto de 1927, Ordjonikidzé desafió a Stalin en el Buró Político del PC y aprobó una resolución que no excluía a Zinoviev y León Trotsky (como solicitó Stalin). Para Pierre Broué, “Stalin sólo ganó gracias a la intervención de la policía política y al uso de la provocación, ejerciendo presión también sobre sus vacilantes aliados. Sólo León Trotsky pudo hablar algunas veces, en la ejecutiva de la Internacional Comunista. Pero la policía decidió el conflicto, con el caso de utilizar la imprenta del "oficial de Wrangel" (un agente de la GPU) para imprimir la plataforma de la oposición y su supuesto "complot militar".
La victoria final llegó con el fracaso de las manifestaciones organizadas por la Oposición para el 7 de noviembre: no fue, sin embargo, la victoria de la mayoría del aparato del partido, sino la de la policía secreta controlada por Stalin sobre el partido, la que sería condenado a muerte, en los años 1930, con la ejecución de sus antiguos dirigentes y cuadros, incluidos los estalinistas, en el momento de las grandes purgas”.[Ex] Comenzaron las exclusiones del partido y las detenciones. En noviembre de 1927, en el décimo aniversario de la revolución de 10, la Oposición se manifestó en público por última vez, con sus propias pancartas (“debajo del nepmen”; “poner en práctica la voluntad de Lenin”). Las agresiones físicas la hicieron retroceder: el coche de León Trotsky fue amenazado con armas de fuego, su esposa Natália Sedova fue atacada. Al día siguiente, León Trotsky pronunció su último discurso en la URSS, en el funeral de Abraham Ioffe, antes de ser detenido y deportado a Siberia.
El mismo día, León Trotsky había sido excluido del partido, junto con Kamenev y Zinoviev, sin que los militantes fueran informados de las causas ni de las propuestas de la Oposición (democracia interna, industrialización basada en la planificación centralizada y fiscalidad de los bienes). kulaki, abandono de la estrategia internacional de “revolución por etapas”). En el XV Congreso del PC, en diciembre de 1927, se pidió la capitulación de los opositores: la mayoría de ellos cedieron, con Zinoviev y Kamenev buscando su reintegración al partido. León Trotsky, aislado, no se rindió: exiliado en Alma-Ata, reorganizó a sus partidarios de la Oposición de Izquierda para continuar una lucha que se desarrollaría en condiciones cada vez más precarias. La lucha de León Trotsky contra la burocratización fue una continuación de su lucha política general contra los problemas del Estado soviético en los años veinte.
La derrota de la revolución china fue un factor decisivo en la derrota de la oposición rusa, a pesar de que esta última vio confirmadas todas sus predicciones al respecto: “Si, por un lado, la maquinaria burocrática debe su propio triunfo a la desmovilización de los masas, por el otro, es un factor de desmovilización, encontrando allí su justificación. Las trágicas derrotas de la revolución china en 1927 representan una rotunda confirmación de las profecías de la oposición, que denuncian la política burocrática como la causa de esta desgracia. Pero, curiosamente, estas derrotas debilitan terriblemente a la oposición, asestando un golpe mortal a la confianza en sí mismos, la audacia y la moral de los militantes.
Finalmente, los contratiempos refuerzan la posición de los responsables, haciendo poco realistas las opiniones de quienes habían indicado el camino para evitarlos”. [X] El año 1927 marcó un momento decisivo en la lucha de León Trotsky y la Oposición de Izquierda. La lucha para salvar la Revolución de Octubre fue literalmente una lucha de vida o muerte, que costó miles de vidas a los revolucionarios más dedicados. Figuras destacadas que habían sobrevivido a años de exilio, prisiones, persecución zarista y la devastación de la guerra civil fueron barridas y brutalmente eliminadas por la burocracia estalinista en los años siguientes.
El atraso económico de Rusia, la devastación causada por la guerra civil y la intervención imperialista, combinados con las derrotas experimentadas por el movimiento revolucionario internacional, resultaron en el crecimiento de la burocracia y el agotamiento de las masas soviéticas. Después de la muerte de Lenin, la autoridad personal de León Trotsky no tuvo rival; el destino de esta autoridad dependía del proceso social general. La victoria de Stalin no puede atribuirse a habilidades y maniobras maquiavélicas. Las intrigas estalinistas estaban sujetas a condiciones objetivas; sus éxitos dependían de estas condiciones.
Los nombres de Lenin y Trotsky estaban estrechamente vinculados a la revolución en la conciencia de las masas. La reacción tuvo que preparar primero el terreno mediante una campaña de calumnias. A su vez, el éxito de esta campaña de mentiras y distorsiones dependió del fracaso de la revolución internacional. La teoría del socialismo en un solo país, un fracaso concebido a partir del matrimonio entre la reacción interna y la derrota internacional, había surgido a finales de 1924. Stalin había escrito en febrero de 1924: “la victoria final del socialismo en un solo país puede lograrse”. ¿Sin los esfuerzos conjuntos del proletariado de varios países avanzados? No, esto es imposible”. Sin sonrojarse, el propio Stalin pudo escribir en noviembre del mismo año: “El partido ha tomado como punto de partida… la victoria del socialismo en este país, y esta tarea se puede lograr con las fuerzas de un solo país”.
A finales de 1927, la Oposición de Izquierda se rompió y León Trotsky fue expulsado del partido: poco después, se exilió internamente en Alma Ata, para ser finalmente expulsado de la URSS en 1929, iniciando un período de varios años. en el que, entre “escalas” en varios países (Noruega, Turquía, Francia) el mundo se transformaría, para él, en un “planeta sin visas de entrada”. Respecto al impacto internacional causado por el exilio interno, y luego expulsión, de León Trotsky, esta información habla elocuentemente: “Cuando los alemanes entraron en París, en junio de 1940, [el editor] Gaston Gallimard se preocupó, antes de huir al Languedoc, de quemar algunas documentos que comprometen a sus autores, en particular un documento extraordinario: el plan de expedición a Kazajstán concebido por André Malraux en 1929, para liberar a León Trotsky, deportado a Alma Ata por orden de Stalin”.[Xi]
El plan incluía una fuga aérea. El joven novelista francés, ya autor de Los conquistadores, combatiente de la revolución indochina (y futuro combatiente de la Guerra Civil Española) había creado una asociación para recaudar fondos y consiguió socios importantes: Gallimard le había hecho renunciar a la empresa. Antes de su ruptura pública, León Trotsky admiraría el talento literario del autor de Condición humana, con quien sostuvo una polémica recogida en Literatura y Revolución.[Xii]
Entre 1923 y 1929, León Trotsky y la Oposición de Izquierda libraron una lucha en la URSS en todos los niveles: el de la teoría y el programa revolucionarios, el de la política interna en todos sus aspectos y el de la política internacional en los principales países imperialistas y en las colonias. y semicolonial. Después del exilio de León Trotsky en 1929, esta lucha se desarrolló en la lucha por una Oposición internacional que continuaría las líneas de la corriente política que había liderado la Revolución de Octubre. Con la victoria del nazismo en 1933, midiendo su alcance internacional y la responsabilidad del estalinismo en esta catástrofe, la Oposición proclamó la necesidad de una nueva Internacional de los Trabajadores, concretando este objetivo en la conferencia que, en 1938, en las afueras de París, Fundó la IV Internacional.
*Osvaldo Coggiola. Es profesor del Departamento de Historia de la USP. Autor, entre otros libros, de La teoría económica marxista: una introducción (boitempo). Elhttps://amzn.to/3tkGFRo]
Notas
[i] León León Trotsky. Mi vida. París, Gallimard, 1953.
[ii] VV Juravlev y NA Nenakorov. León Trotsky y el asunto géorgienne. Cahiers León León Trotsky N° 41, París, marzo de 1990.
[iii] Stalin escribió a Zinoviev y Bujarin en agosto de 1923: “¿Deberían los comunistas en la etapa actual esforzarse por tomar el poder sin la socialdemocracia? ¿Están ya maduros para esto?... Si ahora en Alemania el poder, por así decirlo, cae y los comunistas se entusiasman con ello, caerán con fuerza. Esto es en el "mejor" caso. Y en el peor de los casos, serán aplastados y arrojados al suelo…. Ciertamente los fascistas no están durmiendo la siesta, pero para nosotros es más ventajoso que los fascistas ataquen primero. Este hecho reagrupará a toda la clase trabajadora en torno a los comunistas. Además, los fascistas en Alemania, según los datos que tenemos, son débiles. En mi opinión, hay que frenar a los alemanes, no instigarlos”.
[iv] Ernest Germain [Ernest Mandel]. Burocracia en los estados obreros. Lisboa, Frontera, 1975.
[V] Pierre Broue. El Partido Bolchevique. París, Minuta, 1971.
[VI] Véase Pierre Broué. La cuestión china en la Internacional Comunista. París, EDI, 1976; y Grigori Zinoviev et al.. El Gran Debate. Córdoba, Pasado y Presente, 1972.
[Vii] Antonio Gramsci. Barrio de la prisión. En: Los trabajos (org.Antonio Santucci). Roma, Riunti, 1997. Gramsci no sólo ignoraba que un día su cuadernos se publicaría, además de convertirse en la biblia de un movimiento dentro de la izquierda. Tú cuadernos son notas personales, en las que el autor abandona las precauciones normales de un texto destinado a publicación. Gramsci, por tanto, no puede ser considerado responsable del uso y abuso político que se hace de ellos, aunque, aun así, los fragmentos citados revelan información de segunda mano y conclusiones infundadas (Cf. Luigi Candreva. Gramsci y la “bolscevizazzione” del PCI. Milán, 1996).
[Viii] Perry Anderson. Las antinomias de Gramsci. Crítica marxista N° 1, São Paulo, 1986.
[Ex] Pierre Broue. La Oposición Unida (1926-1927). En: Osvaldo Coggiola. León Trotsky hoy. São Paulo, Ensayo, 1994.
[X] Pierre Broue. El partido bolchevique. París, Minuit, 1971.
[Xi] Jean Lacouture. André Malraux. Una vida en el siglo. París, Seuil, 1973.
[Xii] Los recuerdos de Malraux de sus posteriores encuentros con León Trotsky, en Francia, durante el exilio temporal del líder bolchevique en ese país, se encuentran en: André Malraux. Encuentros con León León Trotsky. León Trotski. Buenos Aires, Jorge Álvarez, 1969.