por EUGENIO BUCCIEl remake de Odete expone la paradoja de nuestro tiempo: mientras que la ética se ha convertido en una pieza de museo, la villanía se ha convertido en un modelo de éxito. Si antes el público quería sangre como justicia, ahora la exige como espectáculo, preferiblemente la de los "aburridos" que aún creen en la virtud. Así, en un mundo donde Trump y Bolsonaro son ídolos, el verdadero crimen es ser honesto.